Seis asesinatos entre la tarde del viernes y la mañana de hoy, domingo, elevaron la cifra oficial de muertes violentas en el año a 500.

Para esta fecha en el 2013 se habían reportado 665 asesinatos.

La ristra de muertes violentas comenzó a las 3:20 p.m. del viernes cuando desconocidos que se hicieron pasar por Policías detuvieron a Michael Rojas Cruz y lo mataron a tiros en el barrio Camarones, de Guaynabo.

Según se supo, los sicarios viajaban a bordo de un vehículo con biombos y le ordenaron detener su auto Mercedes Benz. Rojas Cruz, vecino del sector Manhattan, también en el barrio Camarones, había sido investigado por varias muertes violentas en el área policiaca de Bayamón.

De otra parte, agentes de Homicidios de Carolina intentan desenredar la complicada madeja de sucesos que culminó con la muerte de dos hombres durante la madrugada del sábado en el barrio Saint Just.

Allí perdieron la vida baleados Rubén E. Delgado Maldonado y Francisco I. Pérez Zalabarría, ambos de 24 años. La Policía investiga si Pérez Zalabarría, vecino del lugar, sostuvo más temprano en el día una pelea con unos individuos que lo llevó a una clínica para recibir asistencia médica por los golpes. 

También se investiga si Delgado Maldonado, a quien se le ocuparon dos cargadores de bala en los bolsillos, era parte de ese grupo de agresores y si se suscitó un intercambio de disparos entre los occisos.

También en la madrugada del sábado Kelvin Alexis Heredia Velázquez, de 25 años, fue ultimado a tiros frente a un negocio en el ramal 785 de Caguas.

La víctima tenía récord delictivo por drogas.

En la balacera resultó herido de bala Kelvin Joel De Jesús Morales., de 24 años.

De otra parte, Erick Javier Ríos, de 22 años, fue ultimado a balazos en la madrugada del domingo en el negocio La Fiebre Sport Bar, de Canóvanas.

Ríos se encontraba junto a su esposa en el lugar cuando desconocidos tuvieron algún tipo de altercado con la mujer. Eso provocó que Ríos interviniera y fuera asesinado.

En la balacera resultó herido de bala en una mano un menor de 16 años, hermano del fugitivo Michael Molina Quiñones, acusado en ausencia por un asesinato ocurrido el 15 de junio del año pasado en el residencial Pedro Rosario, de Fajardo. Molina Quiñones, según las autoridades, ejecutó a Miguel Asencio, quien horas antes mató a su madre y a un hermano.

El otro asesinato del domingo ocurrió a las 10:30 a.m. frente al edificio 22 del residencial Arístides Chavier, en Ponce. La víctima fue identificada como Ian Carlos Cora Amaro, de 24 años.