Yabucoa.  A media mañana de ayer, decenas de vecinos, familiares y amigos, continuaban llegando a la residencia de don Rogelio Vega Crespo, el comerciante de 81 años de edad asesinado durante lo que se presume fue un robo domiciliario, para rendir homenaje a quien describieron como un ciudadano ejemplar.

El hogar en el que  residía el octogenario,  localizado en la calle 2 del barrio Ingenio de Yabucoa, se encuentra justo al lado del negocio familiar, el Colmado Vega, fundado por don Rogelio y que ha operado en el vecindario por espacio de 45 años.

Los vecinos no salían de su asombro ante el atroz ataque, reportado a las autoridades el lunes a las 8:40 de la mañana, y en el que el cuerpo de don Rogelio fue encontrado amarrado, amordazado, vendado y con una herida abierta en la cabeza.

Mirta Cruz Andino, vecina inmediata de don Rogelio, a quien conocía de toda la vida, dijo estar muy compungida por la pérdida de quien describió como un padre para ella.

“Él era un hombre servicial, que tú venías, con chavos o sin chavos, y te llevabas tu comprita. Si tenías necesidad de un préstamo de dinero, él también te lo prestaba y no estaba detrás de ti cobrándote ni nada. Era una persona muy amable y servicial. Era un patriarca de este barrio”, aseguró Cruz Andino.

La vecina, quien fue de las primeras personas en conocer sobre el  asesinato, recordó cómo se enteró de lo sucedido el lunes por la mañana.

“Elsie (hija del occiso) me llama y me dice que por favor chequeara porque la gente que viene todos los días por la mañana, estaban llamándola porque el negocio estaba cerrado. Él siempre abre bien tempranito, entre 7:00 y 7:30 de la mañana. Cuando miro por la ventana de mi cuarto, veo a Iván (otro de los hijos de don Rogelio) forzando el portón para entrar a la casa y me percato de que la puerta de entrada estaba abierta, que eso es bien raro. Me asusté porque pensé que había pasado algo y era grave”, recordó.

“Cuando Iván logra entrar, lo veo salir bien malo de los nervios y con las manos en la cabeza y ahí yo también me descontrolé y salí y ahí fue que nos dijo que encontró a don Rogelio muerto”, añadió visiblemente compungida.

Asimismo, Eduardo Soto, también vecino y quien trabajó ayudando a don Rogelio en el negocio, no salía de su asombro.

“Yo llevaba 16 años ayudándolo aquí en el colmado. Es un golpe duro, duro. Él era como un pai (sic) para mí”, indicó el hombre .

“Ese hombre nunca le negaba la comida a nadie. Si venías a hacer una compra y no tenías dinero, él te la daba sin preguntar. Todo el mundo salía con su leche y con su pan. Hacía un tazón de café pa’ todo el mundo. Yo estuve hasta el día antes con él, ayudándolo”, añadió Soto. 

Fue víctima de asalto

La familia del octogenario catalogó el asesinato como un abuso y urgió a la Policía a dar con el paradero de los responsables para evitar que una tragedia igual vuelva a suceder.

Elsie Vega, una de los 13 hijos de don Rogelio, dijo, sin embargo, que su padre no estaba ajeno a ser víctima de los cacos.

“A él lo asaltaron en el 2011. Ese día los pillos entraron al negocio, lo golpearon, le dieron, le rajaron la cabeza. Él forcejeó con ellos. Siempre le decíamos: ‘pai, si vienen a asaltarte, deja que se lleven todo. No te pongas a pelear con ellos. No pongas resistencia. Quédate tranquilo’, pero él era un hombre bien fuerte”, indicó Vega, de 58 años y quien tenía constante comunicación con su papa.

Varios familiares y amigos dijeron sospechar que los autores del crimen podrían pertenecer a una ganga que se dedica a asaltar a personas en esa comunidad y que ya han robado gran cantidad de residencias en la zona.

La Policía investiga la muerte de don Rogelio, quien residía solo tras enviudar hace varios años, como un robo domiciliario porque se indicó previamente que en el lugar se encontró abierta una caja fuerte.