El juez federal Francisco Besosa sentenció hoy, miércoles, al doctor José R. Hernández González a pagar una multa de $30,000, cumplir dos años en probatoria y a ofrecer 200 horas de servicio comunitario, esto por su participación en un fraude al seguro social.

El médico se exponía a cumplir hasta 37 meses de cárcel por su participación en el fraude, pero el juez dijo que impuso una condena diferente a la propuesta en las guías de sentencia porque las partes así lo solicitaron.

El ministerio público estuvo representado por la subjefa de la fiscalía federal María Domínguez, mientras que por la defensa compareció el abogado Harry Anduze, quienes previo a la imposición de sentencia, conversaron con el juez.

“El doctor Hernández González abusó de su posición de confianza… sin embargo, aceptó su responsabilidad”, expresó Besosa al imponer la sentencia.

Hernández González, un neurólogo de 70 años, se declaró culpable el 28 de octubre de 2013 por conspiración para someter informes falsos al seguro social. El médico cooperó con las autoridades, incluyendo testificar en el juicio contra David Rodríguez Colón, uno de los 75 acusados en un operativo federal bautizado “Dinero Fácil” por otro fraude al Seguro Social por alrededor de $6 millones.

Las pérdidas a las que estuvo vinculado Hernández González ascendían a $449,607. El fraude imputado al neurólogo y otros médicos, ocurrió entre 2008 a 2011, y consistía en exagerar condiciones de algunos pacientes para que estos recibieran mayores beneficios del programa federal de seguro social.

Lloroso, Hernández González usó su oportunidad de dirigirse al juez para expresar que estaba arrepentido.

“Deseo expresar unas breves palabras, sinceras palabras de reflexión y arrepentimiento. Desde 1973 yo tuve una trayectoria de excelencia y dedicación en mi práctica a la que le dediqué 42 años de mi vida. Un error que cometí en mis últimos años de práctica lo llevo como un estigma vergonzoso y culpa en mi consciencia”, expresó el galeno.

Interrumpido por el llanto, el médico continuó su alocución con disculpas a las agencias y personas que se vieron afectados por sus actos.

“El peso de mi consciencia es tan inmenso que considero que la vergüenza permanecerá por siempre y también el arrepentimiento. Solicito al Dios redentor supremo y a los hombres perdón y misericordia”, añadió.

Como parte de las condiciones de su probatoria, el galeno deberá someterse a pruebas de drogas al azar y no podrá poseer armas de fuego, entre otras restricciones usuales para estos convictos.