Orocovis. Como todos los días, dieron las 5:00 de la tarde y ya José Antonio Torres Ortiz se encontraba surtiendo su negocio para comenzar a recibir su clientela, compuesta en su mayoría por familiares y amigos, pero en un abrir y cerrar de ojos surgió lo inesperado.

A eso de las 5:19 p.m. del pasado martes, unos individuos a bordo de una guagua Toyota Sienna color blanca, abrieron fuego contra Omar Repollet Cruz quien se encontraba sentado al frente del establecimiento ubicado en el sector Alturita del barrio Cacao.

Las balas alcanzaron su objetivo, pero también penetraron el cuerpo de Torres Ortiz, quien al igual que Repollet Cruz murió a causa de los impactos.

Ayer, el ambiente en la residencia de don Luis “Wiso” Torres Burgos, padre del comerciante de 46 años, era lúgubre mientras vecinos y familiares lamentaban la muerte de Josean, como le llamaban cariñosamente.

Sentado en una mecedora en la marquesina de su casa -a pasos de donde ocurrió la tragedia-, don Wiso sostenía viejas fotos de uno de sus diez hijos que, según dijo, era muy querido por sus conocidos.

“Josean era una persona muy humilde, muy servicial... Él no tenía ningún tipo de preocupación ni problemas con nadie”, manifestó el hombre.

El padre del occiso dijo que Josean acostumbraba limpiar su negocio -llamado El Nuevo Amanecer- diariamente luego de recoger a su hija en la universidad.

“El verdadero trabajo de él era llevar a la nena a la universidad por la mañana y buscarla por las tardes. Cuando llegaba se entretenía limpiando el negocio y adobando las carnes que les ofrecía a sus amigos”, sostuvo.

Don Wiso dijo que su hijo Josean conocía al otro individuo que fue asesinado.

“Él (Repollet Cruz) se pasaba por aquí, para arriba y para abajo a pie… ese día se sentó allí en la barra, pero no pidió nada”, comentó.

“Gracias a Dios que eso ocurrió temprano porque si llegaba a pasar después de las 6:00 p.m., que era cuando ya se comenzaba a llenar el negocio, hubieran muerto más personas”, agregó.

Vecinos intranquilos

Sin dudas, la tragedia tomó por sorpresa a los vecinos del barrio Cacao, conocido por todos por la tranquilidad que, hasta el día del fatídico incidente se vivía.

Las malas intenciones de los individuos que le arrebataron la vida a Torres Ortiz y Cruz Repollet dejó consternados a los residentes del lugar.

“No me siento segura. En todos los años que llevo viviendo aquí, nunca antes había ocurrido algo como esto”, sostuvo Nereida López Martínez, quien lleva residiendo allí sobre 40 años.

David Rodríguez Ortiz, un comerciante retirado, atribuyó el doble asesinato a la falta de vigilancia en ese lugar, que queda bastante apartado de la ciudad.

Pide más policías

Mientras, el alcalde José E. Colón Berlingeri extendió sus condolencias a la familia de ambos occisos y aprovechó para hacer un llamado al superintendente José Caldero López para que asigne más agentes en su municipio que actualmente cuenta con menos de 20 efectivos.

“Necesitamos que el superintendente nos ayude y nos envíe más personal porque hasta ahora la excusa ha sido que la incidencia criminal aquí no es tan alta. Pero yo tengo conocimiento de delitos que se están cometiendo aquí y la Policía no los reporta. Están manipulando las estadísticas”, aseguró.

Continúa la pesquisa

Al cierre de esta edición, agentes de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones del área de Aibonito continuaban tras la pista de los responsables del doble asesinato.

El inspector Carlos Cruz Burgos, jefe de la Rama Investigativa de esa zona, indicó que se encontró un vehículo quemado en la carretera PR-149, en jurisdicción de Ciales, que tenía las mismas características del que se cree fue utilizado por los sicarios.

Agregó que Repollet Cruz tenía expediente criminal por un caso de violencia doméstica en el 2011.