Corozal. “Papi me tienes que ayudar, me van a matar”.

Un ciudadano de 88 años pasó momentos de profunda angustia cuando la semana pasada, mientras asistía a una reunión, recibió una llamada a su teléfono celular que lo dejó sin aliento. 

Una voz de hombre le dijo que tenía secuestrado a su hijo y que se lo iba a poner al teléfono para que le diera las indicaciones de dónde depositar el dinero para su liberación. 

Aturdido por los gritos desesperados, el octogenario escuchó, al que creía que era su hijo, explicarle una historia que, aunque parecía inverosímil la creyó porque se trataba de un asunto de vida o muerte.

Éste le explicó que un amigo le había dado un dinero para entregárselo a unas personas y que lo habían asaltado. Como no entregó el dinero, supuestamente lo mantenían cautivo hasta que se los devolviera, según narró a Primera Hora otro de los hijos de la víctima, quien pidió permanecer en el anonimato. 

El timador le advirtió al anciano que en ningún momento podía apagar su teléfono celular y que debía dejarlo en su bolsillo en altavoz para ellos cerciorarse de que estaba siguiendo sus instrucciones. 

Aturdido y nervioso, acudió a una cooperativa para retirar $2,500 porque si no “le matarían a su hijo”. 

“Mi papá fue a la cooperativa, sacó su dinero. Le piden que no enganche el teléfono, que ponga el celular abierto en el bolsillo de su camisa para escuchar que está haciendo la transacción. Después le preguntaron ‘¿qué Walmart le queda cerca a usted?’ Y él le dijo que el de Toa Baja. Manejó desde Corozal hasta Toa Baja, pegado al teléfono porque no lo dejaban enganchar”, narró.

Cuando llegó al estacionamiento le pidieron que dejara el dinero en el tronco de una palma ornamental y a pesar de que le había prometido liberar a su hijo, le dijeron que abandonara el lugar y cortaron la llamada. 

El octogenario optó por llamar al celular de su hijo, quien le indicó que estaba en su casa junto a su familia y que no había sido víctima de secuestro. 

Primero fueron al Cuartel de Corozal y de ahí al de Toa Baja, donde fueron atendidos por el teniente Orlando Ramos, quien diligentemente regresó con ellos a la megatienda para revisar las cámaras de seguridad. Y las imágenes los sorprendieron aun más, porque el oficial reveló que quien recogió el dinero fue una persona que llevaba puesto el chaleco que visten los empleados del establecimiento. 

Transcurridos unos 10 días, no han tenido noticias sobre la investigación. 

“Papi estuvo varios días que lo que escuchaba eran los gritos y el llanto de mi hermano, pero ya por lo menos lo ha ido superando. El dinero es material. Nos preocupa porque le pudieron dar un cantazo para robarle su carro o algo más”, reflexionó.

Hay más casos

Este mes, en el Cuartel de Toa Baja se han radicado otras dos querellas similares a las del testimonio que obtuvo Primera Hora. También se investigó una tentativa de esta modalidad que involucraba a la suegra de una jueza, quien en medio de la crisis nerviosa que experimentó con la llamada amenazante, colgó la llamada y no depositó el dinero solicitado y otro caso frente a un residencial de Dorado. 

La División de Delitos contra la Propiedad del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Bayamón no tenía conocimiento de estos casos, según lo confirmó el director comandante Wilson Lebrón, cuando se le cuestionó sobre el curso de la pesquisa del caso de Corozal. 

Posteriormente, el comandante auxiliar de esa área policíaca, teniente coronel Rafael Rosa Córdova, hizo una búsqueda en el sistema de datos de la Policía y encontró las querellas similares. 

El teniente coronel indicó que de inmediato se las refirió al CIC para que continúen con la pesquisa. 

EL 4 y el 9 de febrero, dos mujeres, una de Toa Alta y otra vecina de Corozal, también radicaron querellas porque fueron víctimas de extorsión. En uno de los casos le pidieron $500 por liberar a su hermano los cuales entregó. 

 La otra querellante, entregó una cantidad no revelada en el informe policiaco.

Ambas transacciones se efectuaron en el estacionamiento de la misma mega tienda.

Walmart cooperará 

Iván Báez, director de Asuntos Públicos de Walmart, manifestó que le darán el espacio a las autoridades para que lleven a cabo su investigación, tras responder que no conocía de las querellas que había recibido la Policía. 

“Hay que darle espacio para que lleven a cabo su investigación. El hecho de que se utilice el estacionamiento de un establecimiento comercial o que use un chaleco (de la tienda)… tiene que abrirse una investigación”, expresó Báez, quien indicó que están disponibles a cooperar con la pesquisa si así se lo requiere la Policía. 

Báez también señaló que su equipo de seguridad colaborará con la Policía.