Si le gusta meterle millas al carro en estos esplendorosos días veraniegos, más le vale que esté dispuesto y dispuesta a pagar bastante de gasolina porque, como había anticipado el presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina, Ricardo Román, el combustible empezó a subir justo a tiempo para las vacaciones de un segmento grande de la población.

“La realidad es que en los últimos tres meses hemos visto lo que era predecible y habíamos anticipado, que el mercado iba a llegar a la expectativa de precio de este año y ya va por $60 el barril”, expuso Román.

Aunque durante la discusión para añadirle un nuevo arbitrio al combustible el Gobernador mencionó que no se sentiría porque el precio de la gasolina continuaría bajando, la verdad es que comenzó a subir, lo que ha hecho más evidente “la crudita” que empezó el 15 de marzo. De acuerdo con el detallista, le legislación del arbitrio coincidió con una merma, pero cuando llega el verano siempre aumenta la demanda y los precios son mayores.

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Según explicó Román, el mercado en el que está Puerto Rico, que es el de Estados Unidos, suele reflejar una reducción en invierno porque hay menos movilidad de los ciudadanos y hay excedente de combustible. En verano es todo lo contrario.

“A diferencia de otras jurisdicciones que tienen un patrón similar, Puerto Rico es la que tiene más arbitrios por litro de gasolina”, afirmó.

Pero en Estados Unidos la gasolina suele estar más cara que aquí.

“Eso fue en años anteriores. En estos momentos, con la cantidad de arbitrios, tenemos los mismos  precios que en la costa este”, indicó.

A juicio de Román, el arbitrio, que se refleja como en tres o cuatro centavos más por litro, es malo para el consumidor y terrible para la economía. “Se encarece el producto y merman las ventas”, destacó.

“Hay un pequeño sector que lo puede manejar (el aumento), pero la mayoría se fija un presupuesto que está basado en el ingreso y es limitado”, recalcó.

Con el barril de petróleo en $60 las gasolineras reflejan un precio de venta de entre $0.77 y $.80 el litro, pero esa fórmula no es equitativa. El precio al detal depende de la cotización del barril y la disponibilidad del producto, algo en lo que el país no tiene ninguna participación. “Tenemos que limitarnos al precio del mayorista”.