Un estudiante de aviación falleció hoy, sábado, al precipitarse al mar el helicóptero que manejaba durante un vuelo de práctica.

La nave se estrelló en la bahía de Cataño, poco después de las 10:33 a.m.

Momentos antes, personas que estaban cerca del terminal de las lanchas en ese pueblo escucharon un ruido, notaron que el helicóptero se apagó y de inmediato cayó al agua.

Al observar la caída del helicóptero, tres ciudadanos nadaron para llevar hasta la orilla al único ocupante de la nave. A eso de las 11:00 a.m. se confirmó que ese individuo pereció en el acto, a causa de severos golpes recibidos en el accidente.

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La víctima fatal fue identificada por la Policía como Javier Acosta Rosa, de 59 año, vecino de Bayamón.

Rolando Padua, director del Negociado de Aviación de la Autoridad de los Puertos, manifestó a este medio que el estudiante de aviación solicitó autorización para despegar a la torre de control del aeropuerto de Isla Grande a las 10:13 a.m. y fue autorizado a las 10:33 a.m.

Padua dijo que el individuo realizaba un vuelo de práctica y la nave que manejaba, perteneciente a la compañía Vertical Solutions, se precipitó desde una altura de 500 pies, según pudo observase desde la torre de control del citado aeropuerto. La caída ocurrió solo unos minutos después del despegue.

“Estamos en proceso de investigación con la compañía operadora. Esta investigación va a ser profundizada por la Administración Federal de Aviación (FAA). Sobre el mantenimiento y la condición de la aeronave, solo sabemos que era un estudiante que llevaba dos vuelos solos. Este era su segundo vuelo solo, así que es prematuro saber si estamos hablando de un problema mecánico o si la inexperiencia del piloto fue el factor”, declaró Padua.

Según el funcionario de la Autoridad de los Puertos, el piloto no tuvo oportunidad de notificar a la torre de control sobre ningún fallo o situación de problemas en el vuelo.

El helicóptero fue descrito como un Robinson R-22, con matrícula N348VH. Se trata de un modelo pequeño y liviano con capacidad para dos personas, precisó Padua.

Inicialmente, las autoridades estimaron que dos personas podían estar a bordo del helicóptero, pero una vez ser verificó la bitácora de vuelo se aclaró que solo viajaba el piloto en la aeronave siniestrada.

Padua dijo que es normal que un estudiante maneje este tipo de helicóptero para acumular horas de vuelo y experiencia. Por lo regular realizan viajes cortos para practicar despegue y aterrizaje, entre otras técnicas, para eventualmente poder obtener la licencia de piloto, señaló.

 La primera llamada de emergencia se recibió a las 10:35 a.m. y las autoridades respondieron de inmediato para atender la situación. La Unidad Marítima y el helicóptero del Negociado de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción (FURA) se movilizaron rápidamente al lugar de los hechos, así como un equipo de la Guardia Costanera de los Estados Unidos y también personal de la Guardia Nacional.

Según informes preliminares primero la nave quedó parcialmente sumergida, pero luego se hundió a unos 75 pies de la costa, en un área que tiene unos 12 pies de profundidad. Se indicó que buzos estatales y municipales aseguraron los restos del fuselaje a las barandas de las rejas del paseo costero en Cataño mientras se determina cómo removerlo del agua.

El coronel Miguel Rosado indicó que personal estatal y municipal custodiará la escena.

El motor se apagó súbitamente

Rosado informó a este medio que el helicóptero sobrevolaba el pueblo de Cataño cuando se escucharon “contraexplosiones”. Testigos señalaron a la Policía que el motor se apagó y rápido la nave se precipitó al mar, comentó.

Un joven, identificado como Gustavo Díaz Allende, quien estaba cerca de la orilla, observó lo ocurrido y se lanzó al agua tras divisar que una persona salió a flote cerca de la nave. Entonces, nadó junto a Luis A. Rosado Pacheco, empleado del municipio de Cataño y Julio Martínez, miembro del Comando Estatal de la Guardia Nacional, para sacar a la orilla al hombre, que tenía una fuerte contusión en un ojo, según sus apreciaciones iniciales. Al moverlo a tierra confirmaron que el individuo estaba muerto.

Dos de los tres rescatistas entrevistados por este medio narraron que debido al fuerte oleaje temieron por su vida. Sin embargo, siguieron su nado hasta aproximarse al helicóptero. Los tres individuos sufrieron laceraciones en diferentes partes del cuerpo. Martínez fue el único transportado al Centro de Diagnóstico y Tratamiento municipal, donde le tomaron varios puntos de sutura en un talón debido a una cortadura que posiblemente recibió al rozar unas rocas.

Al lugar de los hechos llegó la fiscal Liza Báez, quien ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto de Ciencias Forenses. La pesquisa inicial del suceso se le encomendó al agente Domingo Rivera.

Segunda emergencia aérea del 2015

El accidente en Cataño es el segundo de este tipo ocurrido durante los primeros días de mes de enero de 2015 y el primero con saldo letal.

El pasado 2 de enero, otro helicóptero privado tuvo un fallo mecánico y resultó con daños severos al realizar un aterrizaje forzoso en Barranquitas. Uno de los tres ocupantes de la nave, un turista italiano, resultó con heridas leves.

El helicóptero se viró y sus hélices quedaron destruidas. También quedó abollada parte de la cabina, pero solo Victorino David, de 60 años, recibió una pequeña laceración en la mano izquierda. La esposa del herido, la italiana Anna Selevi, así como el piloto puertorriqueño, José Torres, salieron ilesos, indicaron las autoridades.