Lo creyó dormido, pero al acercarse al cuerpo tendido sobre el suelo, el terror le recorrió entera al observar el cadáver ensangrentado de un hombre en el patio de su residencia.

 Este miércoles a eso de las 6:00 a.m., una ama de casa residente de la calle 8 de la urbanización Saint Just en Carolina, localizó el cadáver amortajado de un hombre en su patio, hallazgo que mantiene en vilo a toda una comunidad que jamás pensó que la criminalidad llegara hasta tan cerca de sus puertas.

 El inspector Jorge L. Luyando, director del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) del área de Carolina, informó que los vecinos escucharon varias detonaciones en horas de la noche, pero no fue hasta la mañana, que la mujer, que pidió no ser identificada, se topó con el cuerpo del hombre de unos 20 a 25 años.

 La víctima presentaba un golpe en el lado derecho del rostro, una herida de bala en la nuca, un cable atado desde el cuello hacia la cintura y estaba envuelto en una colcha color blanca con diseños floreados. La Policía indicó que el hombre tenía una estatura de aproximada de 5’8”, tez trigueña y vestía camiseta blanca y tenis blancos y azules.

“Se observan signos de violencia, se pueden ver unas heridas en el área del rostro... según las entrevistas que hemos hecho no es nadie conocido por aquí…pensamos que pudo haber sido lanzado aquí el cadáver, pero al tener la información de que se escucharon unos disparos estamos trabajando la escena en esa dirección”, declaró Luyando.

 Aún asustada, la mujer que encontró el cadaver narró lo acontecido a este medio mientras mantenía cruzados los brazos y manifestaba el terror de su cruda experiencia.

 “Las detonaciones me asustaron, me asomé por la ventana y mi marido me gritó: no salgas, pero no vi a nadie. Los tiros retumbaron por las ventanas. Yo no lo conozco (al hombre encontrado en su patio). Creía que estaba durmiendo, pero estaba muerto”, exclamó la mujer.

Otra de las residentes indicó que las detonaciones se escucharon a eso de las 9:15 p.m. y que el estruendo de los disparos la alarmó a ella y a su familia. Contó que fue su hijo quien le gritó desde una habitación de la casa: “Mataron a alguien”.

 “Yo los oí (los disparos), casi en la ventana, los perros se volvieron locos ladrando y cuando me asomé vi a una guagua salir”, declaró otro de los residentes del lugar, que también hablo bajo condición de anonimato.

“Así estamos viviendo, perdimos a nuestros jóvenes, esto es bien triste. Este es un barrio (...) bien tranquilo”, se lamentaba otra vecina de la urbanización Saint Just.

La fiscal Vanessa Birriel ordenó el levantamiento del cadáver para fines de autopista e identificación.