Corozal. La razón por la cual dos perros Pitbull atacaron a Ana Santos Cátala, de 75 años, hasta provocarle la muerte a mordidas es un misterio para su entorno familiar.

Según le han dicho los parientes a la Policía, los canes adoptados por un nieto de la mujer nunca habían presentado comportamiento agresivo, por lo que este ataque ha resultado tan sorpresivo como doloroso.

Incluso, el teniente Félix Fuentes Reyes, jefe del cuartel policial de Corozal, comentó que los perros estaban tranquilos en sus jaulas cuando las autoridades llegaron a investigar la escena el pasado miércoles por la tarde en las parcelas Julián Marrero del barrio Palmarejo.

Y el encargado de la perrera municipal de Corozal también destacó ayer la pasividad de los animales bajo su custodia, en comparación con otros que se muestran inquietos y a la defensiva.

No obstante, en medio de la incertidumbre, una teoría parece cobrar fuerza entre los investigadores. Por la información recogida al momento, la Policía teoriza que los Pitbull primero atacaron a otros dos perros pequeños de la familia, uno de los cuales pertenecía a la mujer, y que al ella intentar defenderlo se convirtió en el blanco de los mordiscos.

Además de la fémina, murió su perrito y el otro can.

La Policía investiga este caso como un incidente desgraciado y no se prevé la radicación de cargos por el momento, puntualizó Fuentes Reyes. 

Los animales, que fueron recogidos ayer por la perrera municipal, serán llevados a un refugio en Humacao y posteriormente sacrificados. 

“Los familiares, como están tan destruidos, no quieren a los perros en la casa”, comentó el oficial.

Ataque despiadado

El ataque de los canes ocurrió en un lote familiar, donde ubican las casas de la fallecida y de su hija. La investigación establece que Santos Cátala no tenía agua en su residencia, por lo que se proponía ir a lavar ropa a la vivienda de su hija.

Las jaulas de los Pitbull estaban ubicadas cerca de la lavadora. 

“Lo que deja ver más o menos la escena es que aparentemente los canes de alguna manera se salieron, empezaron a atacar a unos perritos, incluido el de la señora, y entendemos que ella trató de quitárselos y ahí es donde los Pitbull empiezan a atacarla”, planteó Fuentes Reyes.

En distintos puntos del patio quedaron rastros de sangre y la ropa de la mujer, que ilustran su trayectoria hasta caer muerta en un área verde. También se encontró evidencia en una guagua que se presume ella intentó usar de refugio sin éxito porque estaba cerrada.

Una nieta de Santos Cátala, que se encontraba en su casa, salió y al intentar enjaular a los Pitbull resultó mordida por uno de ellos. La herida fue superficial y ella rechazó recibir asistencia médica, dijo el oficial.

Esa nieta y otro pariente que estaba en el lugar, al ver las huellas de la agresión, buscaron a la abuela y la encontraron en un área de pasto.

“Es una escena difícil. Ella tenía mordiscos en la garganta, pecho, brazos, glúteos, piernas. Estaba cercenada completamente”, señaló Fuentes Reyes.

El policía desmintió rumores de que estos son canes de pelea. 

“Ninguno de los dos estaba preparado para peleas. Estos canes estaban completamente sanos, su apariencia no deja saber como que han estado en peleas callejeras”, expuso.

Sorpresa en el barrio

Una tarde silenciosa se vivió ayer en las parcelas Julián Marrero, contrario al corre y corre del miércoles.

“Esto nos ha cogido a todos por sorpresa. Es un barrio tranquilo. Nos enteramos de lo que pasó por la gritería que salía de la casa. Y al rato llegó la Policía y un montón de gente”, comentó un vecino que prefirió no identificarse.

En la casa de Santos Cátala se encontraban ayer varios familiares, quienes optaron por mantener silencio.