No se sabe con precisión la angustia que Edgardito –el niño de cuatro años que ayer murió en un severo estado de desnutrición– tiene que haber sufrido durante el tiempo que su madre lo dejó de alimentar. Inimaginable también es pensar la tortura que le provocaba respirar sin el oxígeno que, por recomendación médica, requería para superar una condición que padeció desde su nacimiento prematuro.

Pero, a juzgar por las imágenes que los médicos y agentes de la Policía tuvieron que presenciar en estos días, el último periodo con vida del pequeño Edgardo Edriel González fue un calvario cargado de intenso dolor y, probablemente, similar al que sufren los miles de niños que anualmente mueren a causa de la hambruna en países como Somalia.

Y es que Edgardito tenía cuatro años, pero pesaba sólo 14 libras y medía dos pies con ocho pulgadas. Físicamente, aparentaba tener entre 18 y 20 meses de nacido.

“Es una escena que da ganas de llorar... El estado de desnutrición en el que llegó indica que hace tiempo que no comía. Imagínate, que tenía cero por ciento de azúcar en su organismo. No tenía líquido gástrico en el estómago y estaba tan deshidratado que no se le encontraron las venas para poderlo inyectar ni se le pudo entubar por la garganta. Estaba en los huesitos... Prácticamente, la mamá dejó morir a ese niño”, expresó el teniente Luis Martínez, de la División de Delitos Sexuales y Maltrato de Menores de la región de San Juan, sobre los hechos que son investigados por la Policía como un posible asesinato en primer grado.

Martínez agregó que, según se desprende de la pesquisa inicial, la madre dejó de proveerle oxígeno al niño, un procedimiento que necesitaba diariamente debido a “una condición que tenía en el cráneo”.

“La mamá, aunque tenía la máquina en su casa, dejó de suministrarle el oxígeno hace tiempo y no ha explicado por qué”, dijo Martínez sobre la mujer que tiene otros tres hijos de siete, tres y un año de edad, quienes quedaron bajo la custodia del Departamento de la Familia en lo que culmina la pesquisa.

Esta desgarradora historia de aparente maltrato infantil –que según las autoridades pareciera tratarse de un maltrato extremo provocado por la madre del niño, Luz Diane González, de 24 años– se dio a conocer el pasado domingo cuando la progenitora llevó al menor al Hospital Pavía de Hato Rey.

Allí, la mujer desempleada y residente de la barriada Las Monjas, en Hato Rey le dijo a la doctora Claribel Toro que el pequeño Edgardito se había ahogado y vomitó mientras tomaba leche. También expresó que el menor había nacido antes de término y que tenía varias condiciones, entre ellas asma. El cuadro del pequeñín era tan crítico que tuvo que ser trasladado al Hospital Pediátrico en Centro Médico. En la clínica, el doctor José Lugo trató de socorrerlo.

En un momento dado, según Martínez, el niño pareció “levantarse y luchar”. Sin embargo, el auxilio llegó muy tarde y ayer en la mañana Edgardito –tras un fallo respiratorio– perdió la tormentosa batalla que, poco a poco, le arrebató su corta vida.

La representante del Ministerio Público, Melissa Vázquez Sandoval, directora de la Unidad Especializada de la Fiscalía de San Juan, expresó que los resultados de la autopsia serán determinantes para saber el rumbo que tomará la investigación, que podría estar enfocada en acusar a la madre de asesinato en primer grado, en modalidad de negligencia crasa, según la Ley 177 para el Bienestar y la Protección Integral de la Niñez. Agregó también que se esperan otros informes periciales y médicos, incluyendo una solicitud que se le hizo a la progenitora sobre los expedientes médicos del menor.

“Cualquier acto de violencia hacia un menor es imperdonable... Si los familiares de un niño saben que éste es maltratado o en condiciones extremas de salud, deben notificarlo”, indicó la fiscal al advertir que también se podrían radicar cargos de delitos menos graves a todo aquel que haya sido consciente de un posible maltrato hacia el menor y que se haya quedado callado.

Mientras, se informó que la agente Leticia Vázquez, del CIC de San Juan, participa de la pesquisa, que cuenta con entrevistas a vecinos y familiares.

Hogar da grimas

Como parte de la investigación, el teniente Martínez dio a conocer detalles de las “condiciones infrahumanas” en las que se hallaba el hogar del niño, donde el único alimento que se encontró fue un galón de leche “cortada” en una nevera portátil y un “caldero con comida podrida” en la cocina. “Además, todos los nenes dormían en un solo mattress que estaba sucio. Aquello daba grimas”, dijo.