Agentes de Homicidios de Bayamón recuperaron el viernes el cuchillo utilizado en la masacre perpetrada contra una familia el pasado martes en Guaynabo.

El inspector Rafael Rosa, jefe del Cuerpo de Investigación Criminal de Bayamón, indicó que con el hallazgo del arma blanca se concluye la búsqueda de evidencia física relacionada a la masacre.

“A menos que se reciba información nueva (se concluye la búsqueda) porque ya tenemos las armas y el cuchillo”, dijo en entrevista telefónica.

Rosa explicó que el cuchillo, que describió como de cocina, con cabo de madera y hoja de 13 pulgadas, fue levantado sin cubierta alguna en un solar de la urbanización Valle Verde. Tras ser ocupado, el cuchillo fue enviado al Instituto de Ciencias Forenses, como parte del gran caudal de evidencia recopilada en el caso.

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Rosa no quiso precisar cómo llegaron al arma y tampoco dijo si se trató de información levantada durante los interrogatorios a los acusados.

“Fue por información que recibimos”, se limitó a decir.

Por esta matanza, en que perdieron la vida Miguel Ortiz Díaz, su esposa Carmita Uceda Ciriano, Clementina Ciriaco López –madre de Carmita- y Miguel Ortiz Uceda –hijo del matrimonio-, fueron acusados el miércoles en la noche Christopher Sánchez Asencio y Miguel Bosch Mulero, ambos de 27 años.

En la noche del martes se ocuparon dos armas de fuego, incluyendo una ametralladora Intratec, en el auto Lexus propiedad de Sánchez Asencio. Rosa indicó que no hay una explicación clara sobre por qué el arma no fue utilizada.

La otra arma, una pistola Smith & Wesson, sí fue utilizada para masacrar a la familia con disparos en la cabeza. A los adultos los ultimaron mientras estaban de rodillas en la sala de una residencia en la urbanización Frailes.

Se desconoce la procedencia de las armas, pero Rosa dijo que no figuran robadas.

Según se desprende de la pesquisa, cuando Sánchez Asencio acabó con la matanza, luego de asesinar a Ortiz Uceda de un tiro en la frente en un paraje solitario, se quedó sin balas y trató de matar con una herida en el cuello a su hermano menor, a quien lanzaron herido desde un puente de 40 pies de altura en la carretera PR-174, de Guaynabo. El testimonio de ese menor, quien convalece en el Centro Médico, de Río Piedras, fue clave para que se presentaran los cargos criminales contra el dúo.

Las autoridades apuntan a una disputa por una renta y un intento de robo como móviles de la masacre. Sánchez Asencio tenía alquilada una residencia de Ortiz Díaz en la urbanización Versalles, de Bayamón y enfrentaba una orden de desalojo por atrasarse en los pagos.

Mientras, familiares de Carmita Uceda Ciriano y Clementina Ciriaco, de nacionalidad peruana, están a la espera de que el gobierno de Estados Unidos les otorgue un visado de emergencia para poder entrar a territorio estadounidense a completar el proceso de reclamación de los cuerpos.

Debido al atraso en los permisos, el velatorio de las víctimas de este crimen fue atrasado para el martes entre 3:00 p.m. y 8:00 p.m. en la Funeraria Guaynabo Memorial.

El acceso al velatorio será controlado.

El entierro está señalado para el miércoles.