Aguadilla. “Cuando levanto el cartón lo primero que veo es la cabeza del niño”.

La misteriosa mujer que encontró al niño de seis años abandonado en Rincón el pasado 26 de agosto, dentro de un cilindro de lavadora a orillas de la playa La Mojonera, se sentó en el estrado hoy ante el juez José Román Barceló, como primer testigo en la vista preliminar del caso contra Javier Álvarez Luciano, padrastro del menor -quien enfrenta cargos por tentativa de asesinato y maltrato a menores- y contra Yaneli Lecona López, madre del niño,  imputada por encubrimiento y negligencia.

Desde el día de los hechos, la identidad de “María” (nombre ficticio) ha  sido altamente protegida por el ministerio público, al igual que el nombre y procedencia de su esposo e hijos, quienes le acompañaban cuando encontraron la desgarradora escena. 

El núcleo familiar   recibe actualmente tratamiento psicológico debido al impacto emocional que recibieron con la sola imagen del menor en posición fetal, desnudo, gravemente herido en la cabeza y bañado en sangre seca. 

La testigo se sentó en el estrado y a preguntas de la fiscal Silda Rubio comenzó a declarar.

“Llegamos a la playa como a las 12:30 del mediodía. Me estacioné al lado de la estructura abandonada de la AAA.  Cuando miramos hacia el mar, donde solemos acampar, me percato de que hay una persona ahí”.

“Mostraba estar inquieto. Caminaba de la parte de al frente hacia atrás.  Volvía y miraba a dónde estábamos y regresaba a dónde estaba el basurero. Llevaba una camisa roja y un pantalón corto con un bulto en la espalda”.

Cuando la fiscal le mostró unas fotos que presentaban el paisaje del lugar de la playa, la testigo irrumpió en llanto. “Fue el lugar donde sucedió todo”, acotó.

Continuando con el relato dijo que “cuando él (Javier) nos ve, se marcha caminando  ligero por la orilla de la playa hacia la planta de la AAA”.

Al rato, ella y su familia decidieron caminar por la playa y pasaron por el lado del basurero. “Vi el envase tapado con un cartón. El cartón se movió y decidí levantarlo porque una vez, así encontramos a un perro abandonado”, dijo. 

“Cuando levanto el cartón lo primero que veo... (pausa por llanto) es la cabeza del niño”, dijo sin poder contener la emoción. En ese momento Yaneli también comenzó a llorar inconsolablemente.

“El niño estaba en posición fetal (en cuclillas). Se le veía la cabeza con una herida grande y profunda en la parte de atrás. Mis niños se impactaron con eso y yo rápido los alejé. Llamé al 9-1-1 y les expliqué lo que vi. Me preguntan si lo puedo sacar, pero yo no me atreví. Les dije que estaba vivo porque aun podía ver su respiración”. La ayuda llegó en apenas cinco minutos. Cuando sacaron al niño, la mujer destacó que tomó un vídeo con su  celular.

“Tenía un hematoma grande en el pecho y el codo lacerado. Yo lo estuve mirando a la cara todo el tiempo porque en el 9-1-1 me dijeron que no me apartara de él hasta que llegara la ayuda”.

En el contrainterrogatorio, el licenciado Hilton García Aguirre, abogado de defensa de Álvarez Luciano, intentó minar la memoria fotográfica de la testigo, e incluso restarle mérito a la identificación del imputado en la rueda de confrontación, debido a que la testigo tomó segundos en responder si había diferencias marcadas en las facciones de los otros sujetos alineados.

“Yo no tengo que probar que el ministerio público está mal. Ellos tienen que probar que su caso está bien”, dijo García Aguirre asegurando que no descarta solicitar que se suprima la identificación de esa rueda de confrontación (line-up), lo que alteraría el proceso “porque el testimonio de (la testigo) tendría que desaparecer”.

Cabe mencionar que a su llegada al tribunal, Álvarez Luciano dijo a la prensa: “yo no tengo na’ que ver con eso”, haciendo referencia al caso.

En sala testificaron además Nixalis Álvarez y María Luciano, hermana y madre de Álvarez Luciano. La primera dijo haber visto a su hermano como a las 12:30 del mediodía del lunes 26 de agosto  salir corriendo del camino que da hacia la playa. Llegó a casa de su madre en el residencial Santa Rosa y se lo comentó. Momentos luego, lo vio hablando con Yaneli por la ventana desde afuera de la habitación donde ella alega vivía confinada.  

Por su parte, doña María sostuvo que en un momento le preguntó por el nene porque ya se estaba rumorando de que habían encontrado a un niño en la playa, a lo que Álvarez Luciano le dijo que estaba durmiendo. Por la tarde, Nixalis la llevó al Centro Médico de Mayagüez a buscar a su otro hijo, Mequiades, quien era dado de alta por dengue.

En el hospital se enteraron de que el niño del que hablaban por las noticias, que fue hallado moribundo en la playa cerca de su casa, era el hijo de Yaneli, porque Nixalis se acercó a hablar con unos agentes que estaban en el hospital -donde fue llevado el niño a recibir los primeros auxilios- y lo pudieron  identificar con una foto que ella les enseñó.

El cuarto testigo fue un vecino del residencial. Carlos Crespo aseguró que Bengie (hermano mayor de Álvarez Luciano) llamó a su mamá para contarle lo del nene. “Fui a preguntarle (a Javier) por el nene y me dijo que estaba durmiendo. Después fui y le pregunté a ella (a Yaneli) y me dijo que estaba durmiendo”. Minutos después ya estaban llegando las patrullas para arrestar a Álvarez Luciano.

El quinto testigo fue el Dr. Ricardo García de Jesús, intensivista pediátrico en Centro Médico de Río Piedras. Este describió al niño a su llegada con múltiples traumas.

“Tenía una fractura en el brazo –que requirió operación- contusión cerebral compatible a un golpe con objeto contundente,  cuello, tórax, abdomen, contusión pulmonar izquierda, entre otros hematomas.

Yaneli no paraba de llorar. Su abogada, licenciada Alba Calderón Cestero,  solicitó en un principio al tribunal que se vieran los casos por separado, moción que rechazó el magistrado en esta etapa.  Su defensa no hizo intentos de probar su inocencia en sala, alegando que “la prueba que ha desfilado hasta ahora, ninguna conecta con a mi representada con los alegados hechos”. 

La vista sigue el miércoles.