Rafael Saldaña lamentó esta tarde con pesar que los procesos criminales se extiendan en los tribunales porque en esa dilación se prolonga también el dolor de las víctimas.

Sentado en el segundo banco de la sala 1103, del Tribunal de San Juan, Saldaña observó la continuación de una vista, que preside el juez Harry Massanet Pastrana, para determinar si acepta las admisiones que Jonathan Soto Bonilla realizó cuando lo extraditaban a la Isla el pasado 26 de febrero por un caso de violencia doméstica y una orden de desacato.

"Este domingo mi nena cumple 10 añitos y todavía no se le ha hecho justicia", soltó el hombre durante un receso.

Minutos antes mostraba con orgullo fotografías de su hija Génesis Saldaña García y de su hijo Anthony Saldaña García y de la casucha donde solía acampar con su prole.

"En ese lugar jugábamos baloncesto, pero no he vuelto", comentó melancólico.

Génesis, de 9 años, y Anthony, de 6 años, fallecieron el pasado 1 de febrero mientras cruzaban la carretera frente al residencia público El Prado en San Juan junto a otros familares.

Un vehículo los arrolló cuando caminaban en compañía de su bisabuela Laura Vivas Rodríguez, de 73 anos, su nieta Raiza Calderón García, de 21 años, y su otras biznietas Laura Montalvo Calderón, de 3 años, y Amanda Calderón, de 5 meses de nacida.

En ese accidente, también resultaron lesionadas Yaisa Montalvo Calderón, de 5 años, y Ada Lisa Rivera Rivera, de 66 años.

Pero pese a la tristeza en sus ojos, conversó con entusiasmo sobre un proyecto que inició conocido como "Reto a los Valientes" que busca que los ciudadanos se comprometan a crear propuestas para paliar la ola criminal que azota al País.

"Empezó en Facebook, pero ha crecido mucho", indicó antes de abandonar el salón de sesiones sigilosamente.

En la silla de testigos, el agente Jaime Rodríguez Escalona, de la División de Arrestos Especiales y Extradiciones de la Policía, se enfrentaba al contrainterrogatorio del abogado Federico López Santiago, quien dirigía sus preguntas a tratar de demostrar que Soto Bonilla renunció a su derecho a permanecer en silencio mientras estaba bajo la influencia de medicamentos y sin entender plenamente sus acciones.

Rodríguez Escalona indicó que el acusado le informó que tenía una condición en el tobillo y que tomaba tramadol para el dolor.

Pero dijo que Soto Bonilla, quien enfrenta seis cargos de homicidio negligente por las muertes en el choque, no le mencionó si ese día había ingerido medicamentos que le impidieran entender el proceso que enfrentaba.

Sobre el proceso que se celebró en el Tribunal del Condado del Bronx en Nueva York el 26 de febrero apuntó que se trató de una vista corta, donde el acusado estuvo representado por un abogado y contó con la asistencia de un intérprete.

Después aceptó que desconocía que a Soto Bonilla lo había representado una abogada.

En el testimonio directo, dirigido por la fiscal Jimara Gabriel Maisonet, el agente relató que la tarde del 1 de febrero Josué Vázquez Feliciano, conocido como JE, llegó a buscar al acusado en el Toyota Camry Blanco y que Soto Bonilla, conocido como 787, le indicó que no quería montarse en el vehículo porque "estaba fogoso para los guardias" (era robado).

Pese a esta situación, abordó el vehículo y el dúo partió rumbo al residencial público El Prado. Que llegaron a la cancha y saludaron al Mono y a otras personas. Luego salieron en dirección al residencial público Luis Lloréns Torres.

"Que cuando doblaron a la izquierda me manifiesta que hasta ahí recuerda la relación de hechos y que se levanta luego de sentir el golpe", contó el testigo.

Luego ofreció detalles de la forma en que Soto Bonilla salió del lugar y eventualmente arribó en Nueva York tras recibir una amenaza de muerte por el accidente frente a El Prado.

No explicó, sin embargo, cómo Soto Bonilla terminó conduciendo el Camry Blanco.

La vista se verá la próxima semana, pero el juicio sigue mañana con el testimonio de la patóloga Rosa Rodríguez.