La agente María de Lourdes Pagán, de la división de maltrato de menores del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Carolina, testificó hoy que tras confrontar a Olvin García Santiago y Kadicha Pérez Rohena con un informe médico que daba cuenta del maltrato físico que sufrió un infante de 1 año y 8 meses que estaba bajo su cuidado, ambos confesaron que el menor había recibido una golpiza en su hogar.

Durante la continuación de la vista preliminar contra García Santiago, acusado de tentativa de asesinato, Ley de Armas y maltrato de menores; y Pérez Rohena, acusada por maltrato de menores, ambos por propinarle una paliza al infante de una amiga al que cuidaban por unas horas, la agente Pagán dijo que el matrimonio inicialmente declaró que el 18 de agosto de 2014 el niño se cayó de una mesa mientras estaba bajo su cuidado y que esas eran las únicas lesiones sufridas por el pequeño en su residencia al momento de su hospitalización el día 24 de ese mes.

El menor fue llevado por su madre el 24 de agosto pasado al Hospital San Jorge con numerosas lesiones que, por su gravedad, conllevaron su traslado al Hospital Pediátrico en el Centro Médico. El niño sobrevivió al brutal ataque, pero sufrió daño neurológico permanente, según se consignó en señalamientos anteriores en el proceso de vista preliminar de este caso que se ve ante el juez Javier Varela del Tribunal de Carolina.

Pero, la mujer policía dijo que el 7 de septiembre confrontó a la pareja con análisis médicos sobre el estado del infante que desmentían su versión. Entonces, según la testigo, Pérez Rohena y García Santiago declararon sobre la golpiza al niño.

Según Pagán, de su investigación surgió que desde principios de agosto el menor pasaba varios días a la semana en la casa del matrimonio, esto a solicitud de la madre del niño, Sheila Class, quien no tenía cuido para el niño, atravesaba un embarazo de alto riesgo y también tenía que trabajar.

Entonces, ese 24 de agosto García Santiago se molestó con el pequeño temprano en el día porque alegadamente escupió la farina que el matrimonio le proveyó de desayuno. Más tarde, dijo que también se molestó porque el niño se metió en un baño de agua caliente que él le había preparado a su esposa para aliviarse un golpe en un dedo del pie.

“’Lo saqué del agua bruscamente porque me molesté’”, leyó textualmente García Santiago de la declaración que le tomó al imputado el día que lo confrontó con la prueba médica. “’Lo aguanté por el brazo y comencé a darle con la mano, cuatro o cinco veces, le di duro, y comencé a darle con una chancleta ‘brown’ (marrón) de suela ancha, con la parte dura, le di en el lado derecho, en el glúteo, el muslo, la cabeza, el costillar; le daba mientras lo aguantaba por el lado izquierdo. Cuando le daba, Kadicha me decía ‘para, bebo (apodo del esposo), para’”.

La madre del menor estaba en sala y comenzó a llorar durante esta parte del testimonio.

Pagán contó que luego entrevistó a Pérez Rohena a solas y la mujer le hizo un relato similar.

Según narró la agente, la imputada le dijo que “él salió furioso, lo sacó (al nene) del agua y comenzó a darle, se volvió como loco y comenzó a darle. Todo lo que tenía contra el nene lo descargó en ese momento, que si el bulto del nene, que si apestaba, que tenía piojos. Ella (Pérez Rohena) comienza a gritarle ‘para, eso es un nene, no le des’, pero él seguía dándole. Recoge una chancleta que es de ella y comienza a darle, le dio en la cabeza, en la frente”.

Entonces, durante la entrevista, García Santiago le habría dicho a la agente Pagán que notó cambios físicos en el menor durante y después de la paliza. Le explicó que el niño se puso “blandito”, que lo vieron “trincarse”, que se “encogió”, que tenía los ojos semicerrados y que “vomitó”.

En sala, la mujer policía dijo que según el relato de la Pérez Rohena, “el niño perdió la fuerza y se comenzó a encoger. Ahí ella se lo quita y le dice: ‘Mira lo que hiciste’”.

De acuerdo a Pagán, la pareja usó “Vicks”, hielo y alcoholado para reanimar al infante, y luego Pérez Rohena continuó con sus planes para ese domingo de comprarse ropa en Plaza Carolina con una amiga, esto porque reanudaba clases en la universidad, mientras García Santiago se quedó con el niño en la casa. Sin embargo, el menor volvió a convulsionar, él lo baño y trató de reanimarlo sin éxito, y ahí llamó a la esposa para que regresara a la casa.

Pérez Rohena recogió al niño, buscó a la madre del menor y lo llevaron al hospital, aunque en ese momento la hoy imputada insistió en que las lesiones eran las mismas del 18 de agosto, algo que los médicos negaron.

Según la testigo, la pareja le expresó que no era la primera vez que García Santiago golpeaba al niño, aunque ese 24 de agosto fue la peor ocasión.

De otra parte, la mujer policía declaró que al otro día de esas admisiones, el 8 de septiembre, se reunió con la doctora Maritza Salcedo, del programa psicosocial y quien atendió al menor en el Hospital Pediátrico. Esta le reiteró que se trataba de “un caso de abuso”.

“El niño sufrió un daño neurológico fuerte, me dijo que la recuperación sería a largo plazo, en el habla y lo motor, que tenía daño neurológico permanente”, dijo Pagán que le expresó la doctora.

Al concluir el testimonio directo a la mujer policía por parte la fiscal Maritza Valero, asistida por el fiscal Juan Cátala, el juez decidió que había que darle tiempo a la defensa, representada por Marcos Rivera, José M. Molina y Juan Ríos Vélez, para el contrainterrogatorio a la agente ante lo “extenso” de sus declaraciones. Pagán es la última testigo anunciada en esta etapa del proceso.

La vista preliminar continuará el 20 de febrero a las 9:00 a.m.