Caguas- La defensa de Juan Ramos Álamo no prosperó hoy con la versión de su cliente de que sólo le infligió una herida de arma blanca a Ivonne Negrón Cintrón y que la mujer se enterró el objeto punzante cuando cayó al piso.

A preguntas del abogado defensor, Ángel Piñero Santini, la patóloga forense, Rosa Rodríguez se sostuvo en que la víctima recibió 26 heridas, compatibles con un cuchillo de un solo filo. La perito reiteró que 11 de las heridas fueron profundas, algunas por la espalda y que afectaron órganos vitales de la difunta, como los pulmones y el hígado.

“Cualquiera de esas heridas le pudo haber causado la muerte porque todas eran mortales”, declaró la patóloga en su tercer día de testimonio en el juicio que se sigue en el Tribunal de Primera Instancia de Caguas contra Ramos Álamo, acusado de matar y desmembrar a Negrón Cintrón en noviembre del año pasado, en la barriada El Cerro, en Gurabo.

La línea de preguntas del abogado estaba dirigida a reforzar la confesión de su cliente, quien alegó cuando fue detenido por la Policía que le dio una puñalada a Negrón Cintrón y que la mujer se cayó de espaldas.

Pero, la patóloga descartó las premisas de la defensa y declaró que un cuchillo que fue ocupado en la residencia del acusado y que fue admitido como parte de las piezas de evidencia en el juicio, es compatible con las heridas que recibió la víctima.

Indicó sin embargo, que en el puñal no pudieron levantar muestras de ADN al igual que en otro cuchillo que examinaron de la escena.

La perito precisó que en la segueta que fue hallada junto al torso de la occisa había tejijo en estado de descomposición, pero tampoco pudieron levantar material biológico porque estaba degradado.

Rodríguez dijo que después de los análisis periciales, la víctima fue identificada por su progenitora.

Añadió que el proceso de identificación se tuvo que hacer mediante placas dentales, muestras de ADN y mediante el análisis antropológico de huesos.

Mañana, jueves, está citado para declarar el antropólogo forense, Edwin Crespo Torres, quien hizo dicho análisis a solicitud del Instituto de Ciencias Forenses.

La pisiquiatra Carmen Martínez Cotto, quien evaluó al acusado en el Hospital de Psquiatría Forense, fue descartada como testigo tanto por los fiscales, Maribel Mojica Franceschi y Francisco González Muñoz, como por la defensa.

Piñero Santini dijo que la psiquitra no podía testificar por la confidencialidad de la Ley Hippa.

El juicio por jurado, que se encuentra en su etapa final, reanuda mañana en la sala 506, que preside el juez superior, Roberto Angleró.