Hay una verdad que tanto el policía como sus familiares reconocen diariamente: no saben si volverán.

“Uno sale, pero no se sabe si vamos a llegar”, compartió el sargento de la Policía Municipal de Guaynabo, Gilberto Hernández Villegas,  días después de haber sido atropellado mientras el pasado miércoles dirigía el tránsito durante el apagón general.

Sus labores, al igual que las de sus colegas, son sumamente peligrosas, aún así, salen “entregaos” a responder a ese 1050 –llamada de emergencia– porque están comprometidos con velar las vidas y las propiedades.

“Cuando salimos a un 1050, lo hacemos entregaos, de cuerpo, alma, mente y corazón, para resolverle el problema a un ciudadano, y así como yo piensan casi todos los policías”, compartió el oficial de 49 años de edad. 

“Es una profesión sumamente peligrosa, sin embargo, asumimos el riesgo porque tenemos un compromiso con la ciudadanía”, agregó.

Evidencia de ello es la muerte de Edwin Pabón Robles, un policía de 43 años de edad que falleció ayer mientras atendía, junto a su colega José Anes Rodríguez, una situación de emergencia.

“Eso nos puede pasar a todos cuando salimos a un 1050”, reconoció. 

En respuesta a las gestiones de los policías, hay ciudadanos que agradecen su servicio, como las muestras de agradecimiento que recibieron mientras organizaban el flujo de vehículos ataponados por la falta de luces en los semáforos de la Isla. 

La gente no dudó en responder con gestos de amor a su labor ya fuera llevándoles agua y alimentos o escribiendo mensajes de agradecimiento en las redes sociales.

Para Gilberto, la respuesta de la gente ha sido algo “bonito” porque “ven el sacrificio que uno hace con sol, bajo lluvia, no nos quitamos”.

Pero no todos responden de la misma forma. 

Gilberto mencionó que mientras daban el tránsito, algunos conductores ignoraban sus órdenes. 

“Mucha gente pasaba y te felicitaban, otros se molestaban porque esperaban mucho tiempo”, mencionó. 

“Otros no hacían caso por la prisa de que los aguantaran. Los mandaban a detener y te ignoraban, por poco ocasionaban accidentes por no seguir la orden del oficial”, añadió.

Gilberto sufrió el impacto del vehículo mientras cooperaba con la dirección del tránsito en la carretera Número 1, intersección con la Número 169, conocido como el cruce de La Muda, jurisdicción de Guaynabo, cuando un carro rebasó un vehículo para pasar rápido y le impactó por el lado de la pierna derecha. Entonces se informó que el conductor se detuvo en la escena. 

“Cuando caigo, la goma me pisa el pie derecho”, dijo. 

“Pensé que tenía múltiples fracturas porque tenía mucho dolor y la bota estaba como deformada, pero no hubo fractura, solo daño severo en los ligamentos”, comentó.

Ayer, dijo, seguía sintiendo los dolores del cantazo.

Pero ya está recuperándose. “Me siento más aliviado, ya casi no tengo dolor de  cabeza”, expresó. 

Gilberto espera regresar a trabajar dentro de dos semanas, aproximadamente, y lo hará “como si fuera el primer día hace 28 años, con mucha entrega” para que su “gente de Guaynabo se sienta segura de que nuestra policía hace un trabajo para cuidarlos”. 

Movilización rápida

Desde que se inició la secuela de eventos asociados al apagón general se activaron planes especiales en los que se movilizaron miles de agentes para regular el tránsito en intersecciones importantes de la zona metropolitana, así como otras zonas de gran movimiento vehicular:

-El superintendente auxiliar de Operaciones de Campo, Orlando Meléndez, coordinó gran parte de esas iniciativas a las que se sumaron trabajos similares realizados por uniformados de Policías municipales en San Juan, Bayamón, Guaynabo, Ponce y otros municipios.

-Solo en el área policíaca de San Juan se destacaron el miércoles en la tarde y la noche 350 agentes estatales a un centenar de intersecciones donde recibieron apoyo 300 policías municipales. 

-Desde el inicio del citado operativo “el plan ha estado corriendo extremadamente bien”, destacó el coronel Meléndez. Explicó que en las intersecciones metropolitanas la regulación del tránsito debido a semáforos inoperantes se inició  desde las 4:00 o 5:00 de la madrugada. 

-Meléndez sostuvo que en esas gestiones peligrosas de controlar el tránsito de madrugada y en las noches incluso han ayudado voluntarios de la Policía.

-El apagón ha sido una prueba de fuego para la Policía ya que en muchos cuarteles las plantas de emergencia no operaron. Incluso en el Cuartel General la falta de luz ha paralizado algunas operaciones.