A poco más de 24 horas del tiroteo que le costó la vida a una mujer de 32 años y dejó heridos a otros tres -incluyendo a dos menores-, la Policía en el área de Carolina no ha descartado la teoría de que todo se trató de una confusión.

Esta teoría ha sido manejada por los investigadores desde pocas horas después del tiroteo en que que Emily Pabón Santos fue alcanzada con disparos en los costados, un glúteo y una pierna. La mujer murió en horas de la noche del lunes.

El teniente Ricardo Haddock, jefe interino del Cuerpo de Investigación Criminal en Carolina, indicó a este medio que a los investigadores y agentes de inteligencia ha llegado información sobre el apodo de un individuo que maneja un carro Honda Accord oro, similar al que utilizaba Pabón Santos, cuando fue tiroteada junto a su pareja Félix Andino Osorio, de 25 años y la hija de la mujer, Yamirelis Matos Pabón, de 12 años.

La familia viajaba en caravana junto a los ocupantes de una guagua Toyota Sienna, que también fue atacada. En esa guagua viajaban el padre de Andino Rosario, así como un pasajero de 16 años que resultó con una laceración en la espalda, producto del impacto de un proyectil.

Los heridos y lesionados se recuperan satisfactoriamente en el Centro Médico de Río Piedras, según confirmó esta tarde la Policía.

Mientras, trascendió que el hombre que era el supuesto verdadero blanco de los sicarios ha sido investigado por delitos por la Policía, pero nunca ha sido acusado.

Este medio supo que se investiga si los ocupantes de un automóvil Honda Accord similar al tiroteado el lunes fueron los autores de una balacera ocurrida el jueves de la semana pasada en el vecino del residencial Yukiyú y que dejó un saldo de dos hombres heridos.

Haddock indicó que algunos de los heridos fueron entrevistados en la escena de los hechos y también posteriormente. Esas personas han dicho, entre otras cosas, que pasaron el día en el área de Cabo Rojo y decidieron tomar la carretera PR-187, en dirección hacia Río Grande.

Explicaron a la Policía que al cruzar el puente sobre el Río Grande de Loíza, cerca de la comunidad Las Cuevas, desconocidos salieron de un área verde y comenzaron a disparar.

Al seguir la marcha, fueron atacados nuevamente frente a una gasolinera Total, donde se detuvieron.

Entre las dos escenas del jueves en plena vía pública se ocuparon casquillos de calibre .223 (rifle), .357 y .40 (estos últimos dos de pistola). Cerca de la escena del ataque a tiros, agentes de la División de Operaciones Tácticas de San Juan que patrullaban por el lugar persiguieron a unos individuos que se internaron en Las Cuevas.

En ese lugar, detrás de una casa, se ocuparon dos pisolas, ambas Glock calibre .40. Preliminarmente se dijo que estaban alteradas para trabajar automáticas, pero esa información no ha sido reconfirmada por las autoridades.

Los casquillos .40 ocupados igualmente tienen que ser comparados con las armas ocupadas para determinar si corresponden a las mismas.