Héctor Miranda Rojas, mejor conocido como Pito Shell, fue sentenciado a cumplir ocho años de cárcel por lavado de dinero relacionado a narcotráfico de más de $1 millón.

"Primero que nada, le pido que me perdone por toda esta inconveniencia. No estuvo de parte mía. Perdón a usted y a mi familia que está aquí. Usted tiene que hacer lo que tiene que hacer", expresó el convicto, de 38 años, previo a ser sentenciado por el juez federal José A. Fusté.

Miranda Rojas, quien se declaró culpable el 26 de septiembre de 2012, agregó que no había visto el informe presentencia cuando su abogado, Edwin Prado, había dicho que sí lo había leído.

El juez le dijo que si quería un momento para leerlo y le preguntó si podía leer inglés y Miranda Rojas indicó que no sabía leer inglés, pero que su abogado le orientó sobre el mismo.

De hecho, la vista de sentencia estaba pautada para este jueves en la mañana, pero Prado solicitó que se reprogramara para otro día. El juez solamente le concedió un turno posterior, pero no a cambiarlo para otro día, dado a que el informe presentencia estaba listo desde enero pasado, y porque la defensa no ofreció razón válida para conceder la posposición.

Prado destacó que su cliente padecía de "dislexia crónica" y que orientarle sobre los aspectos legales a su representado había sido "una pesadilla".

Fusté destacó que, según el informe presentencia y la acusación, había prueba "preponderante" de los actos de narcotráfico del hoy convicto y las conversaciones que sostuvo con agentes encubiertos en el 2005.

El informe detalló múltiples violaciones a la Ley de Armas por parte de Miranda Rojas en el foro estatal entre 1993 y 2002, pero en todos fue sentenciado a cumplir en probatoria. Incluía un caso en el que resistió el arresto amenazando a un agente con una macana por el cuello. También tuvo otro caso por violencia doméstica.

"Ante este cuadro, tengo que imponer una sentencia media", explicó Fusté, quien dijo que la pena era de 87 a 108 meses en prisión, y lo sentenció a 96 meses y tres años bajo libertad supervisada.

Recomendó que cumpla la pena en el estado de Florida.

Familiares en sala salieron llorando atacados y gritándole: "Te amo".

El convicto, también conocido como Pito Perla y Chuito, fue uno de los más buscados desde que en el 2007, se le acusó por los cargos de lavado de dinero relacionados al narcotráfico.

En el 2008, bajó una acusación en su contra y 73 personas más por conspiración para distribuir “crack”, cocaína, heroína y marihuana cercano a una escuela.

En el 2012, se presentó otro caso por conspiración para distribuir narcóticos, el que está pendiente de juicio ante el juez federal Gustavo Gelpí.

Según la pesquisa, Miranda Rojas era la cabecilla de una pandilla que operaba en Altos de Cuba en Vega Baja, y coordinaba cargamentos de sustancias controladas provenientes de Venezuela y Colombia.

Aeronaves soltaban el cargamento en el mar y la recogían en embarcaciones para traerla a la Isla y transportarla a los Estados Unidos. Se estima que lograron traer 4,000 kilos en un periodo de cinco años.

Fue arrestado el 6 de mayo de 2012, en medio de una persecución en Hatillo.