Jan Rivera Ledoux, uno de los hombres acusados por el asesinato de un guardia de seguridad de una farmacia ocurrido la semana pasada en Trujillo Alto, podría enfrentar un caso de pena capital, según le advirtió hoy la magistrada federal Silvia Carreño.

Rivera Ledoux se entregó anoche a las autoridades y hoy compareció a su vista inicial ante un magistrado federal.

"Se podría certificar para pena de muerte", le dijo la magistrada hoy, martes, a Rivera Ledoux. "Si el Departamento de Justicia encamina el caso en esta vía se le proveerán a usted unas garantías como abogados especialistas en estos casos", agregó la magistrada.

El hombre es acusado de haber asesinado a Edwin Román Acevedo junto con otros dos individuos, identificados como Christian la Luz y David Aponte Villalba.

Sus cómplices fueron capturados la semana pasada.

Carreño explicó que la denuncia federal contra Rivera Ledoux le imputa interferencia con el comercio interestatal, asalto usando un arma de fuego con el que causaron una muerte a una persona, y hurto de arma de fuego.

Asimismo, la magistrada pautó una vista de fianza para el 4 de diciembre a la 1:30 p.m. y para el 15 de diciembre una vista preliminar. Esta última no sería necesaria si antes de esa fecha se emite una acusación de un gran jurado.

Rivera Ledoux se encuentra preso en el Centro Metropolitano de Detención (MDC, por sus siglas en inglés) en Guaynabo.

Los hechos que se imputan ocurrieron la noche del 25 de noviembre en una farmacia en Trujillo Alto, donde Román Acevedo, quien también era policía municipal de San Juan, trabajaba como guardia de seguridad a tiempo parcial.

Según la declaración jurada de un agente federal, una cámara de seguridad grabó el momento en que dos sujetos se bajaron de una guagua Pathfinder, confrontaron a Román Acevedo, y le quitaron el arma.

Los individuos encañonaron al guardia, y luego que el hombre levanta las manos, le dispararon.

El documento indica que uno de los asaltantes, Aponte Villalba, confesó a agentes federales el crimen, y dijo que fueron al lugar precisamente a robarle a Román Acevedo su arma de fuego, que era la que tenía asignada como policía municipal de San Juan.

"Ellos sabían que el guardia de seguridad estaba armado y que era policía", reza la declaración.