La jueza superior Vivian Durieux Rodríguez postergó hoy hasta diciembre próximo la vista en la que se atenderá la petición de nuevo juicio a Pablo Casellas Toro, si es que el Tribunal de Apelaciones declara con lugar la solicitud de la defensa del excorredor de seguros.

Con mameluco de preso azul marino y con buen semblante, Casellas Toro fue escoltado por alguaciles hasta la Sala 704 del Tribunal de Primera Instancia de Bayamón, poco después de las 10:00 a.m.

“Estamos esperando recibir notificación del Tribunal de Apelaciones… Hasta ahora no hemos recibido nada”, dijo la jueza en una breve vista sobre el estado de los procedimientos del caso.

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La jueza, ademá, sostuvo que el expediente del caso está en poder del Tribunal de Apelaciones “lo que sería otro impedimento” para atender ahora el caso. 

La magistrada programó una nueva vista para el 10 de diciembre, a las 10:00 a.m., pero les informó a las partes que adelantarían la cita, si el foro apelativo resuelve antes de la fecha estipulada.

Los abogados de Caselllas Toro entienden que Durieux Rodríguez puede celebrar la vista evidenciaria que reclaman en su solicitud de nuevo juicio sin aguardar por el dictamen del Apelativo.

Ese foro intermedio asumió jurisdicción del caso luego de que los abogados Harry Padilla Martínez, Juan Ramón Acevedo Cruz, Arturo Negrón García y Francisco Rebollo Casalduc sometieron una apelación para tratar de revertir el veredicto del jurado que encontró a Casellas Toro culpable del asesinato de su esposa Carmen Paredes Cintrón.

Sin embargo, los fiscales Phoebe Isales Forsythe y Sergio Rubio Paredes indicaron que en este momento es el Tribunal de Apelaciones el que tiene jurisdicción sobre la controversia.

“Una vez se radica una apelación, es el Apelativo el que tiene la jurisdicción y tiene que autorizar al tribunal de instancia para ver cualquier otro asunto”, sostuvo en declaraciones a la prensa la fiscal Isales Forsythe.

“Aquí hay base más que suficiente para un nuevo juicio. Lo que queremos es un juicio justo e imparcial”, indicó por su parte, el licenciado Padilla Martínez, quien conversó brevemente en sala con Casellas Toro, junto con los demás integrantes de la defensa.

“Lo estábamos bromeando porque está muy blanco por nuestro sistema penal que lo mantiene en cautiverio, un vestigio antiguo que todavía permea que es mantener a la gente en una jaula”, dijo el abogado.

La defensa de Casellas Toro alega en su solicitud de nuevo juicio que a su cliente se le violentó el derecho a un juicio imparcial porque el jurado José Pérez Torrellas utilizó información externa que obtuvo de su trabajo -y que compartió con sus pares- para impugnar la credibilidad del ingeniero Rafael Jiménez Pérez, único perito de la defensa.

Los abogados utilizaron el testimonio del perito para tratar de impugnar el testimonio de Luis Guzmán Hernández, quien declaró que la mañana de 14 de julio de 2012 observó cómo una persona que manejaba un Mercedes Benz gris -similar al carro de Casellas Toro- lanzó hacia una acera la pistola, que, según el Ministerio Público, se usó para segar la vida de Paredes Cintrón.

Pero, los fiscales sostienen que el jurado no utilizó prueba externa sino que usó prueba interna relacionada a su mundo de experiencias.

Sostienen, además, que el Ministerio Público presentó evidencia robusta y que aun descartando el testimonio de Guzmán Hernández, el jurado habría alcanzado un veredicto culposo.

¿Qué posibilidades tiene Casellas Toro de tener un nuevo juicio?, se preguntó a los fiscales.

“En derecho ninguna”, dijo la fiscal Isales Forsythe.

Casellas Toro, hijo del juez federal Salvador Casellas Moreno, cumple una condena de 109 años de prisión, tras ser encontrado culpable del asesinato de su esposa, Carmen Paredes Cintrón, ocurrido el 14 de julio de 2012, en la residencia que ambos compartían en Guaynabo.

El 22 de enero de 2014, un jurado de seis mujeres y seis hombres lo declaró culpable de asesinato en primer grado, destrucción de prueba y violación a la Ley de Armas.