El sargento de la Policía Salvador Padilla Fuentes tenía por “uso y costumbre” orar antes de comenzar su turno de trabajo en el cuartel de la calle Loíza. 

En noviembre pasado fue trasladado al Precinto 166 de San Juan (Puerta de Tierra) y hasta allí llevó su práctica en el turno que comienza a las 8:00 p.m. y termina a las 4:00 a.m. 

Sin embargo, precisamente por orar en el cuartel, según denunció a Primera Hora, se le ordenó ayer no reportarse a su turno, adelantar los días que estaría por enfermedad y luego reportarse con el teniente coronel y excomandante de Humacao, Juan A. Cáceres Méndez, quien ahora va a dirigir el área de San Juan, para presuntamente ser reasignado a otro precinto.

“Yo no obligo a nadie a quedarse para la oración. Yo le digo siempre a los muchachos que el que no se sienta a gusto y ya tienen su servicio asignado que puede irse”, indicó.

Pero, sostuvo, una agente que “es atea” solicitó una investigación administrativa en su contra precisamente por estar orando.

“Hay una compañera que le he llamado la atención porque es indisciplinada… y esta joven es atea… Como yo le estaba corrigiendo la conducta… solicitó una investigación administrativa porque este oficial con dos agentes más estaban orando”, explicó.

Padilla Fuentes dijo que “ella nunca, en ningún momento me ha manifestado que se sentía incómoda, que era atea, que no creía en Dios, que se sentía ofendida por lo que yo estaba haciendo. En ningún momento me manifestó eso y de la noche a la mañana… solicitó una investigación…”.

Tras el incidente, su supervisor, el teniente Rafael Meléndez lo reunió el miércoles “y me informó que no podíamos orar al Señor. Me hizo firmar un  documento, con el que no estoy de acuerdo, pero lo firmé porque dice los temas que se discutieron, aunque no estoy de acuerdo con lo que se dijo allí”.

Explicó que le dijo a Meléndez que “entendía que me estaban violando mis derechos constitucionales; que yo cuando entré a la Policía en ningún momento renuncié a ellos y que yo no iba a permitir que atentará contra la fe mía; que yo entendía que eso es un abuso y que estaba mal”.

“Ella solicitó una investigación administrativa, buscó la oración para deshacerse de mí y lo logró”, argumentó Padilla Fuentes.

Posteriormente, y según sigue denunciando el sargento, Meléndez, tras decirle que evitara problemas , le sugirió que no hiciera oración, ni antes ni después del turno, hasta tener una opinión de la División Legal de la agencia.

Tras el teniente informarle que no se reportara a trabajar ni ayer ni hoy, que le estaba prohibido llegar hasta el cuartel, le dijo que cuando el próximo lunes 13, regrese de su periodo de enfermedad, se reporte  con Cáceres.

Esto le hizo suponer al sargento que sería trasladado.

No se ha decido ningún traslado

El teniente coronel Cáceres dijo a Primera Hora que el sargento Padilla está reportado enfermo porque lo van a operar. “Yo lo voy a ver cuando él se incorpore, que yo tenga los escritos (la querella de la agente) en las manos, entonces voy a hablar con él”, indicó.

Explicó que “hay un escrito y yo quiero verlo. A él nadie le ha dicho que lo van a trasladar… Le dije al teniente (Meléndez) que cuando el sargento Padilla se reincorpore que fuera a verme”, reiteró.

Cuando se le preguntó porqué no lo dejaron entrar al cuartel  ayer ni hoy, Cáceres dijo que “eso hay que preguntárselo al teniente de él; Yo no doy turnos a los policías”, insistió.

“Yo no lo estoy trasladando por orar ni me lo he trasladado ni lo estoy citando por eso; lo estoy citando porque quiero hablar con él relacionado a la querella que presentó la joven… lo que ella está alegando”, sostuvo al reiterar que el agente sigue perteneciendo a la 166.

“Cuando él venga, miramos la querella, y si la querella de ella no es nada pues (él) se queda en su sitio, no hay problema con eso”, sostuvo.

Sobre si se puede orar o no en los cuarteles de la Policía antes de ir a la calle, argumentó que “hay una demanda corriendo por esas razones” y que habría que ver el estatus de la misma en la División Legal de la Policía.