La jueza Yumara Serrano, del Tribunal de Bayamón, determinó esta tarde causa para arresto por el delito de maltrato de envejeciente contra Milagros Rexach Santiago, de 65 años, señalándole una fianza de $3,5000 la cual prestó.

La imputada, que es la esposa del sobrino de la anciana a quien ayudaba a cuidar, quedó en libertad bajo supervisión electrónica.

El caso fue consultado con la fiscal Lorna Colón Rivera por el agente Luis E. Ortiz Medina, adscrito a la División de Homicidios de Bayamón.

De acuerdo a la pesquisa, el 11 de agosto del 2016, se recibió una llamada en un hospicio que le brindaba servicios desde mayo, notificando que la cuidadora de una de sus pacientes identificada como Irene Adames Soto, de 93 años, estaba inquieta y no había dormido, por lo que la doctora decidió visitarla.

Cuando la especialista acudió a la residencia fue recibida por Rexach Santiago, quien le indicó que el tutor de la anciana, o sea, su sobrino y pareja, no se encontraba en la residencia y de manera alterada presuntamente le expresó que la señora no la aceptaba por su color de piel y que ahora era ella la que se hacía cargo de su aseo. 

Además, manifestó que no la había dejado dormir y que era una malcriada.

Cuando la doctora pasó a la habitación donde estaba postrada en una cama de posiciones la anciana, quien no habla y no tiene movimiento en las manos, la mujer le haló las piernas de mala manera para enderezarlas. Luego, le dice que la respetara dándole varias bofetadas en el rostro.

La empleada del hospicio le llamó la atención y le pidió que abandonara el lugar.

Acto seguido, hizo las gestiones para llevarla a un hospital e hizo un referido al Departamento de la Familia (DF) que no tomaron acción y la devolvieron a la residencia.

Un mes después, la doctora regresó al hogar para visitarla y ante la sospecha de que tuviera una fractura la transportó a otro hospital, notificando a otra técnica del DF, quienes tramitaron su traslado a una égida.

No se descarta la radicación de cargos criminales contra el sobrino de la anciana, quien era su tutor y el administrador de su dinero, por el delito de fraude.