“Después del acto de cobardía que hicieron al irse de la escena tan cruel que provocaron, que tengan la valentía de entregarse y se sometan a la justicia”.

Contundentemente pero con un profundo dolor en el alma –el más intenso que ha sentido en toda su vida–, Rafael Saldaña les suplica a los “cobardes” que le arrebataron a sus pequeños, Génesis y Anthony (dos de los niños que fallecieron en el trágico accidente frente al residencial El Prado), que asuman su responsabilidad y se entreguen a la Policía.

“Es lo menos que pueden hacer... y que sepan que a ellos les va a llegar su momento porque Dios les tiene preparado su camino. Yo sé que ellos van a aparecer por más que se traten de esconder. Se podrán esquivar de la justicia del Gobierno, pero de la justicia de Dios nadie brinca. Y tampoco quiero justicia de la calle. Soy una persona creyente en Dios y con esa fe te digo que es a Dios al que le van a responder”, dijo lloroso el hombre sobre la muerte de los pequeñines, que tenían nueve y seis años. Las primitas de los niños –Laura Montalvo (tres años) y Amanda Calderón (de meses de nacida– también fallecieron. Las adultas Laura Vivas (bisabuela de los menores) y Raiza Calderón (madre de las niñas) también murieron.

Rafael –quien también es padre de Joshua y Rafael, de 21 y 17 años, respectivamente–, aún canaliza la pérdida de sus dos hijos menores. De hecho, dijo a Primera Hora que ha permanecido sedado para poder lidiar con su incertidumbre. Agregó, además, que durante los pasados días no ha hecho otra cosa que leer una y otra vez las múltiples cartas de amor que le dedicaron sus hijos.

“En todas las cartas, en todas, siempre hay dibujos y un‘ papi, te amo’... (comienza a llorar) Voy a extrañar tanto a mis hijos, con toda mi alma y mi ser. Los amaba y amaré más de lo que creía. Es que no sé ni cómo explicarte: mis hijos son para mí mis manos y mis pies. Ahora siento que me faltan las extremidades”, dijo sin contener el llanto al describir que su niña era “bien cariñosa y a la que le gustaba cantar para que yo bailara”. Mientras, el varoncito, dijo, “me derretía con su mirada”.

Rafael explicó que la última vez que estuvo con sus hijos fue el domingo, 27 de enero. Ese día le había adelantado a su hijo Anthony –conocido cariñosamente como “Yeyo”– que le tenía una fiesta preparada para celebrar sus siete añitos.

“Todo estaba listo para la fiesta... era el 28 de febrero en mi casa (Naranjito) ”, agregó el progenitor, que ayer hacía preparativos de los servicios fúnebres de sus vástagos, quienes serán velados junto con las otras víctimas a partir de hoy, a las 7:00 de la noche, en la Iglesia adventista que ubica frente al residencial.

Según explicó a Primera Hora el pastor José López, los servicios funerarios –cuyos gastos fueron cubiertos por Servicios Funerarios Católicos– incluirán un servicio religioso a eso de las 9:00 p.m.

“Se tomaron medidas de seguridad y la Policía estará con nosotros estableciendo perímetro y vigilancia en el área”, agregó sobre el velatorio que continuará el jueves desde las 9:00 de la mañana. A las 12:00 del mediodía se les dará cristiana sepultura a las víctimas en el cementerio municipal de San Juan.

Mientras, en el área del accidente desde ayer se observan varias mejoras que incluyen un botón de oprimir que alarga el tiempo de cambio de luz roja a verde, en el semáforo de la intersección PR-181.