El juez federal Gustavo Gelpí emitió hoy, jueves, una orden en la que reitera que la única forma en que residentes de urbanizaciones con control de acceso pueden evitar que miembros de los Testigos de Jehová toquen sus puertas es mediante la colocación de letreros en sus predios que indiquen que está prohibido el paso a su área.

La Asociación de Residentes de Altos de Torrimar propuso al tribunal un mecanismo diferente sobre las visitas de los miembros de esa congregación, en la que la comunidad le informaría a la congregación religiosa qué vecinos se oponen a ser visitados y cuáles aceptarían su visita. Sin embargo, Gelpí expresó en la orden que la realidad es que la Corte Suprema de Estados Unidos ha validado de forma reiterada que los Testigos de Jehová pueden entrar a las urbanizaciones y además tocar puertas en las casas, a menos que se coloquen esos letreros.

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“La corte se mantiene firme que, al momento, el único vehículo permitido para que residentes expresen su deseo de no ser visitados por testigos de Jehová es colocando letreros”, indicó el juez. “Cualquier otra determinación puede afectar el derecho de los demandantes a la libertad de expresión bajo la Primera Enmienda (de la Constitución de Estados Unidos) así establecidos por la Corte Suprema de Estados Unidos y por el Tribunal federal de Apelaciones del Primer Circuito”, agregó el juez.

“Aún si los letreros no se ven bien, es un precio pequeño a pagar cuando se vive en una democracia constitucional”, culminó el juez.

La demanda de los Testigos de Jehová reclamando acceso a las comunidades cerradas se remonta al año 2004 y es contra los municipios de Bayamón, Caguas, Canóvanas, Dorado, Gurabo, Guaynabo, Las Piedras, Ponce, Trujillo Alto, Santa Isabel, San Juan, Vega Baja y Yauco.

El 21 de marzo de 2013 el juez falló a favor de la congregación religiosa y autorizó la entrada de miembros de esta congregación religiosa a todas las urbanizaciones con control de acceso, basado en el fundamento de que las calles son públicas.