El expolicía Roberto Quiñones Rivera pasará el resto de su vida tras las rejas luego que el juez Francisco Borelli Irizarry, del Tribunal de Carolina, lo sentenció hoy, jueves, a 99 años en prisión por la muerte de su novia Yexeira Torres Pacheco.

Quiñones Rivera no estuvo presente en la Sala 201 durante la vista de sentencia porque renunció a su derecho a estar en el proceso, que se transmitió en vivo por radio, televisión e internet.

Borelli Irizarry sentenció al hombre de 37 años a cumplir 99 años de prisión por un cargo de asesinato en primer grado y a tres años por un cargo de destrucción prueba. Ambas penas se cumplirán de forma concurrente.

Ante una sala llena de público y periodistas, el licenciado Jorge Gordon Menéndez planteó que Quiñones Rivera renunció a su derecho a estar presente en la vista y a su derecho a hacer una alocución previo a la sentencia.

El juez declaró no ha lugar esa petición de renuncia y luego que los abogados se reunieron con el hombre para informarle la decisión e insistir en su comparecencia, ordenó que lo escoltaran a la sala.

Sin embargo, aunque un alguacil le informó al expolicía del desacato sumario, Quiñones Rivera se mantuvo firme en su posición de no estar en sala.

Ante este escenario, el juez Borelli Irizarry lo encontró convicto y culpable de un desacato sumario, pero olvidó imponer una pena.

Luego, la Oficina de Administración de los Tribunales informó a este medio que el juez emitiría una resolución donde consignará que impuso una pena de 90 días de cárcel, que deberá cumplirse de forma consecutiva a la pena de 99 años.

Sin la presencia del convicto en sala continuó la vista con extensas argumentaciones sobre una petición de los abogados defensores Gordon Menéndez y Orlando Cameron Gordon para que el juez reconsidera su fallo culpatorio y dos mociones de agravantes y reincidencia del Ministerio Público.

Gordon Menéndez planteó que el cargo de destrucción de prueba refería a objetos o documentos y no a la desaparición de un cuerpo.

Indicó también que las fiscales Polanco Viera y Alma Méndez Ríos no probaron el elemento de premeditación que exigía el cargo de asesinato en primer grado.

Méndez Ríos, por su parte, aseguró que presentó prueba robusta para demostrar que el convicto planificó su crimen y que el acto del expolicía de desmantelar la guagua de su novia demostraba su intención de limitar su movimiento antes de su muerte.

También arguyó que el cuerpo de la bailarina constituía un objeto.

Borelli Irizarry declaró no ha lugar la reconsideración del fallo y explicó que en la medida que no había un cuerpo se evitó la elaboración de un informe de autopsia, que en este caso constituía el documento que se destruyó para efectos del delito imputado.

Luego, pese a la objeción de la defensa, permitió que la mamá de Yexeira, Iris Pacheco Calderón, hiciera una alocución antes de dictar la sentencia planteando que esa acción ayudaba a la mujer en su proceso de sanación.

Al filo del mediodía, Pacheco Calderón, con los ojos enrojecidos, se paró frente al juez para explicarle el dolor que la muerte de su hija menor causó a su familia.

"No solamente Yexeira ha sido la víctima, ni yo como su madre, también su hermana", afirmó.

A pocos pasos, el padrastro de Yexeira, Israel Serrano, sollozaba, mientras que su padre Víctor Torres, trataba de aguantar las lágrimas.

Entonces uno a uno mencionó los nombres de los familiares que han sufrido la desaparición de Yexeira y recordó que su nieto no podrá disfrutar del calor de los brazos de su tía.

Al momento de su desaparición, Yexeira preparaba el "baby shower" de su hermana mayor, que en ese momento tenía unos siete meses de gestación.

Además, censuró que que se atacara la honra de su hija durante el proceso judicial.

Lloroso el papá de Yexeira abandonó el centro judicial sin realizar expresiones, pero su padrastro se mostró satisfecho con la pena impuesta a Quiñones Rivera, aunque señaló que para cerrar este capítulo necesita que aparezca el cuerpo de la joven, de 23 años.

"Se ha hecho justicia", afirmó Pacheco Calderón.

Indicó también que hubiera preferido que Quiñones Rivera se presentara en sala durante la vista.

"Cuando una persona desobedece lo que un juez le está ordenando, dos veces, pues ya demuestra su carácter, pero como te dije hay una mezcla ahí de su carácter y una instrucción recibida por sus abogados", indicó.

Mientras, Méndez Ríos indicó que la convicción y sentencia del expolicía supone un logro para las víctimas, testigos y el sistema de justicia.

"Nos sentimos muy satisfechas porque nuestro sistema de justicia se probó con este caso", indicó.

Los abogados defensores salieron del lugar sin realizar comentarios a la prensa.