El caso de la película “Vasos de papel” de Eduardo “Transfor” Ortiz ha traído la discusión sobre el plagio. 

La mayoría de nosotros conocimos el término en la escuela o la universidad, cuando un maestro o profesor nos alertaba de las consecuencias de copiarnos el trabajo de un colega o copiar algún material de un libro o de internet. Las consecuencias entonces eran académicas: nos daban una “F”, una suspensión o en casos extremos podía llegar a la expulsión.

En el caso de “Transfor” las implicaciones son mayores, porque al alegadamente plagiar, o copiar, la película “Secret Admirer” violentó los derechos autorales asociados a esta.

¿Qué es el plagio? La Real Academia de la Lengua Española lo define como copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. 

A grandes razgos es el acto -consciente o inconsciente- de usar el trabajo de otra persona sin permiso y pasarlo como propio, sin darle crédito o reconocimiento apropiadamente al creador original de dicho trabajo. 

Como expone la Biblioteca de la Universidad de Alcalá, el trabajo ajeno “es propiedad de otra persona (como lo es un auto o cualquier otra cosa que poseemos)”. En el caso de libros, canciones, videos, arte visual, fotografías, películas o cualquier otra forma de trabajo creativo, ese plagio o “copiete” puede tener unas implicaciones económicas. 

Una película, como “Secret Admirer”, se realizó con la intención de generar dinero. Quienes la produjeron pasaron un trabajo para crear una obra a tales fines. Y bajo la ley tienen el derecho a ser remunerados -si así lo estiman- si alguien quiere usar su trabajo o parte de este para beneficio propio y generar dinero. 

Del mismo modo, en el caso de que su obra sea copiada sin el crédito o autorización adecuada, el dueño de la misma puede emprender una acción legal contra quien se entienda que está utilizando su trabajo para beneficio propio y/o lucro.

¿Llegará el caso a los tribunales? Habrá que ver si existe interés de la compañía Metro Goldwyn Meyer, que actualmente sería el propietario de los derechos de “Secret Admirer” de exigirle cuentas al director puertorriqueño.

Ante lo que era evidente, “Transfor” Ortiz admitió ayer en un programa radial que “Vasos de papel” es una copia: “Yo creo que todos somos humanos y cometemos errores. Yo tomé una decisión bien errónea”, reconoció en el programa radial “El goldo y la pelúa”.