En horario escolar, míster Claudio -maestro de biología- era un profesional comprometido y admirado por sus alumnos y compañeros de trabajo.

Sin embargo,  lo que ocurría después ha dejado a todos boquiabiertos.

La doble vida que llevaba Alfonso Claudio Medina, maestro en la  secundaria Luz América Calderón Birriel en Carolina, tiene atónitos a sus compañeros de labores pues detrás del hombre respetuoso y dado a su trabajo, aparentemente se escondía una persona capaz de usurpar la identidad de colegas con el fin de cometer fraudes en instituciones financieras y bancarias del País.

Y es que Claudio Medina es investigado por la División de Robo y Fraude de San Juan por robar la identidad de otro maestro del mismo plantel (profesor de matemáticas identificado como el señor Juan Rivera). 

Se alega que se apropió del expediente de la víctima y obtener sus documentos personales tales como certificado de nacimiento, seguro social, direcciones física y postal, entre otros.

Según explicó la agente a cargo de la pesquisa, Kariana Lasarde,  antes de saquear el archivo de la escuela, Claudio Medina tuvo la osadía de ir al Departamento de Educación (nivel central), burlar a la alta jerarquía de la agencia y sacar una identificación a nombre del maestro defraudado.

Con esa misma ficha falsa -que tenía su fotografía, pero el nombre de la víctima- solicitó una carta de certificación de empleo y talonarios que en realidad pertenecían a su compañero de labores.

El día que lo desenmascaran

No fue hasta un día de febrero de 2014 que se comenzaron a descubrir las fechorías de Claudio Medina pues una cobradora de una financiera llegó hasta la escuela buscando a Rivera pues tenía serios atrasos en un préstamo personal a su nombre. 

El maestro de matemáticas, aturdido, le explicó a la cobradora que no tenía deudas, pero ella  lo confrontó con unos documentos que tenían su información personal… aunque la foto adjunta no era suya, sino de Claudio Medina.

“En ese momento la cobradora se le acerca al maestro (sospechoso de fraude) y le pide cuentas. Pero él abandonó el plantel en un auto gritando: 'ese no soy yo, ese no soy yo'. Luego de ese día Claudio Medina no regresó nunca más a trabajar”, cuenta Lasarde sobre lo que se desprende de la investigación.

Desde entonces, la Policía está tras su paradero.

Agregó que como parte de la pesquisa se encontró en una gaveta del escritorio del maestro  documentos personales que robó de los expedientes de otros profesores.

En cambio, al único que logró defraudar fue a Rivera,  pues hizo seis préstamos a su nombre: dos en Island Finances, tres en la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Cupey y otro en First Bank; este último, es investigado por la División de Propiedad e Carolina.

“En total, cogió préstamos por sobre $50,000”, dijo Lasarde.

Se lo tragó la tierra

Desde 2014, Claudio Medina está prácticamente desaparecido.

En una ocasión, hace unos meses, surgieron rumores que lo localizaban deambulando en la avenida Ponce de León en Santurce, pero la información fue corroborada y descartada por la Policía. 

Al plantel, al que sirvió durante 28 años -el sujeto ya casi estaba por jubilarse- nunca regresó. 

Tampoco ha hecho gestiones para cobrar lo que le corresponde de su cuenta de Retiro ni rindió su planilla de contribución de ingresos.

Amigos y familiares contactados por la Policía, incluso en los Estados Unidos, tampoco saben la ubicación del individuo al que se vislumbra radicar cargos criminales en las próximas semanas por fraude.

De otra parte, en Educación hay una querella administrativa por abandono de empleo, dijo la portavoz del Departaemnto,  Cossette Donalds Brown, a Primera Hora. 

Sin embargo,  no abundó mucho sobre el tema del fraude pues “al haber una investigación en curso no podemos comentar nada para no afectar el proceso”.

Lo que sí admitió Donalds Brown fue que tras el incidente, el Departamento de Educación cambió el protocolo para otorgar identificaciones a sus empleados.

“Ahora el que solicite tiene que presentar un ID con foto válida para corroborar su identidad. Además, debe llevar una carta certificada por sus jefes validando cuál es su puesto, entre otras informaciones”, detalló.

Mientras, dos años después de Claudio Medina haber sido visto por  última vez en la escuela, algunos de sus compañeros recuerdan con asombro  lo ocurrido.

“Quedé impactada con lo sucedido. Jamás pensé que fuera capaz de algo así porque Claudio no tiene apariencia de ser ese tipo de persona. Fue algo que nos tomó por sorpresa”, dijo Miriam Colón, maestra de inglés del plantel desde 2008.

La educadora expuso que, aunque no conversaban sobre asuntos personales, sí tenía una relación estrecha con Claudio Medina pues en ocasiones   se daban pon.

“Por las tardes o él se iba conmigo o yo me iba con él porque él vivía alquilado cerca de un instituto en el que yo laboro por las noches. En otras ocasiones nos íbamos juntos en guagua pública. Fue él el que me enseñó a usar las pisa y corre... por eso te digo, que no puedo creer lo que pasó. Nunca sospeché nada”, expresó quien llegó a confiar su tarjeta de débito en el hombre para que le sacara dinero.

Posterior a lo ocurrido, Colón trató de comunicarse con Claudio Medina, pero este no respondió su teléfono celular.

“La mayoría de los maestros lo llamamos, pero el celular salía desactivado y nunca lo localizamos. Es como si  la tierra se lo hubiese tragado”, dijo.

Por su parte, Lydia Delgado, trabajadora social de la escuela también reaccionó con incredulidad ante lo acontecido.

“No tengo nada negativo que decir de él como profesional ni como persona. El Claudio que conocí en ningún momento sugirió una conducta delictiva. Al contrario, siempre fue respetuoso y los estudiantes lo amaban mucho”, expresó.

Sobre su vida personal dijo saber poco. 

Alegó que nunca le  conoció pareja y entiende que tampoco tuvo hijos.

“Tampoco sé si tenía algún problema económico. A nosotros, por lo menos, nunca nos dijo nada”, aseguró quien conocía al sospechoso desde el 2000.

Delgado dijo que toda la situación les ha dejado una gran lección.

“Uno se afecta porque  uno piensa: ' bueno, no nos  podemos dejar llevar por cuan profesional puede ser una persona porque no  sabemos lo que ocurre en  su mente. De cualquier nube sale un chubazco y nos podemos mojar todos”, reflexionó.