Defensores de los derechos de los confinados le salieron al paso al designado secretario de Corrección y Rehabilitación (DCR), Erik Rolón Suárez, luego de que afirmara que no legitimará ninguna agrupación carcelaria y advirtieron que esto podría desestabilizar el clima en las instituciones y frenar sus intenciones de diálogo con los reos. 

“Comenzó con el pie izquierdo”, afirmó la activista Dallie Cruz Ruiz. “No queremos decirle cómo administrar la agencia, pero que tampoco esté tocando temas tan sensitivos como lo está haciendo porque ya empezó tirándole a ciertos grupos que han ayudado a la administración a tener la disciplina”, sostuvo.

El martes, luego de una reunión con su equipo de trabajo en el complejo Las Cucharas, Rolón Suárez dijo que “me sentaré a hablar (con cada confinado), pero teniendo presente que yo no voy a darle legitimidad a ninguna asociación que alegue llamarse con un nombre particular, con una visión particular”.

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La Asociación Pro Derechos del Confinado, conocidos como Ñeta, es la única inscrita en el Departamento de Estado como una organización sin fines de lucro, aunque existen diversas entidades como Grupo 27 y Los Jibaritos, entre otras. 

Para Cruz Ruiz, las expresiones representan una violación al derecho de asociación y un ataque a las organizaciones. 

El Director Ejecutivo de la Comisión de Derechos Civiles, el licenciado Ever Padilla, cuestionó “cómo va a ser el mensaje que van a estar recibiendo las poblaciones correccionales con una expresión como esa, si eso va a trancar el diálogo o va a facilitar el diálogo”.

El ignorar la afiliación de un preso al momento, por ejemplo, de reubicarlo en un nuevo módulo o institución, históricamente ha provocado situaciones violentas y muertes.

Para Padilla, el designado tiene “grandes retos”, entre esos mirar la gran cantidad de querellas de violaciones civiles en la institución.