A pesar de los esfuerzos del gobierno para que se reanude el suministro de combustible, la cadena de suministros de alimentos y otros bienes de consumo de Puerto Rico, en esencia, ha colapsado, por lo que el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) realizó este martes una reunión de emergencia con diversas organizaciones empresariales para trazar un plan de acción.

El titular del DDEC, Manuel Laboy, indicó a GFR Media que la mayor preocupación de los empresarios es el suministro de combustible y el restablecimiento del servicio de transporte de carga, algo que al parecer no ha sido posible.

Entre las organizaciones que asistieron a la reunión estuvo la Cámara de Mercadeo Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), la Asociación de Industriales y la Asociación de Constructores.

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El Nuevo Día supo que algunos hoteles se han visto obligados a remover huéspedes o a no aceptar nuevas reservas debido a que sus generadores no tienen diésel.

De igual forma, aunque ciertos supermercados han abierto con horarios limitados, estos ya no tienen combustible para operar sus generadores. Como resultado, si los refrigeradores dejan de funcionar se corre el riesgo de que los alimentos que podrían adquirir los ciudadanos se dañen.

En términos simples, la cadena de suministros está detenida. Por un lado, la falta de diésel impide que comercios puedan reabrir y de otro lado, faltan camioneros que hagan factible el transporte.

Así las cosas, aunque las empresas navieras han reanudado sus rutas a Puerto Rico, dichas mercancías tampoco están saliendo de los muelles para ser distribuidos a comercios, megatiendas y otras.

Laboy sostuvo que el DDEC está trabajando en conjunto con el Departamento de Estado para ver de qué forma pueden asignarse brigadas dedicadas para el servicio de combustible al sector comercial.