Rubén Delgado Ortiz, acusado junto a otras tres personas por "carjacking" y por el asesinato del publicista José Enrique Gómez Saladín, hizo alegación de culpabilidad esta mañana ante el juez federal Daniel R. Domínguez.

Delgado Ortiz fue representado por el abogado José Aguayo, quien llegó a un acuerdo con los fiscales Julia Meconiates y Scott Anderson para hacer alegación de culpabilidad por el cargo número uno, de robo a mano armada cuya consecuencia fue la muerte de la víctima, a cambio de una sentencia recomendada de entre 24 años y tres meses hasta 30 años y cuatro meses de prisión. No obstante, el juez tiene la potestad de seguir la recomendación o, por el contrario, podría sentenciarlo hasta a cárcel de por vida.

El juez Domínguez acogió la alegación de culpabilidad y señaló la lectura de sentencia para el 20 de febrero.

El caso contra Delgado Ortiz, Edwin "Bebo" Torres Osorio, Alejandra "Pochi" Berríos Cotto y Lenisse "Prieta" Aponte Aponte fue considerado ante el Comité de Pena de Muerte del Departamento de Justicia federal, pero se determinó que no es un caso de pena capital. Los acusados sí se exponen a cadena perpetua de ir a juicio.

El 3 de noviembre hay una conferencia de estatus señalada en este caso.

Los cargos contra los acusados son por actuar en concierto y común acuerdo con la intención de causar daño corporal y la muerte, al tomar intencionalmente el vehículo de Gómez Saladín bajo la fuerza, intimidación y violencia, y por conspirar para ejecutar un esquema para obtener dinero del Banco Popular de Puerto Rico, mediante el fraude al usar la tarjeta ATH de la víctima, sacando $100 después de asesinarlo.

Los hechos del caso ocurrieron en la madrugada del 30 de noviembre de 2012, poco después que el publicista llamara a su esposa para decirle que estaba saliendo de una actividad en un hotel en San Juan, pero nunca llegó a su hogar.

Según las declaraciones de los acusados, estos revelaron que habían planificado cometer un robo y decidieron que Aponte y Berríos se meterían en el carro de la víctima y después Torres y Delgado se unirían a ellas, discutirían por una supuesta deuda y harían que la víctima la pagara.

Hicieron que Gómez Saladín fuera a una máquina ATH donde retiró $400 en efectivo y se los entregó a Delgado. Estos lo golpearon en la cabeza y lo montaron en el asiento trasero del automóvil y compraron gasolina, según la acusación.

Los acusados lo llevaron a un lugar solitario en Cayey, donde le ordenaron que se pusiera de rodillas, mientras lo agredían con objetos. Luego, lo impregnaron de gasolina y lo prendieron en fuego, pero éste se quitó la ropa y comenzó a rodar por el suelo. Siguieron golpeándolo hasta causarle la muerte, lee la denuncia.