La jueza Grechka Curbelo Del Valle sentenció ayer, jueves, a 20 años de prisión a José M. Nieves Rivera, un joven convicto por un asesinato ocurrido el 31 de enero de 2010 en Canóvanas.

El sargento Gabriel López, director de la División de Homicidios en Carolina, explicó que Nieves Rivera, de 24 años, confesó el crimen y finalmente se entregó en abril de 2015.

"No pudo con la conciencia y con el remordimiento y se entregó en la comandancia", explicó López, al indicar que Nieves Rivera mató a batazos a Daniel Leonardo Ramírez, de 42 años, al pensar que el hombre había participado en el asesinato del padrastro del ahora convicto.

La pesquisa reveló que Ramírez, quien laboraba como guardia de seguridad de la fábrica Paseo del Indio al momento de ser asesinado, no tuvo nada que ver con el crimen. El cuerpo de Ramírez fue encontrado en horas de la madrugada boca arriba cerca de la caseta de seguridad donde laboraba. Se le ocuparon $2,240, por lo que se descartó el móvil del robo.

López explicó que no desfiló prueba durante el proceso judicial y que se llegó a un acuerdo entre la defensa, el ministerio público y la familia de la víctima.  El fiscal Alexis Carlos presentó la prueba recopilada por la agente Cynthia Rodríguez.

Ayer, jueves, también se sometió un asesinato ocurrido en Aguas Buenas el 27 de noviembre del año pasado.

Se trata de la muerte a tiros de Bernardo Díaz Cardona, un hombre de 42 años encontrado baleado a las 12:20 a.m. frente a al negocio La Rola, en el sector Las Corujas, del barrio Sumidero de Aguas Buenas.

La víctima era del lugar y sostuvo una discusión en el sitio con otro individuo, el que supuestamente lo mató a tiros. Este individuo resultó ser Erick Morales García, quien fue acusado por asesinato y violaciones a la Ley de Armas con fianza de $800,000. Al no prestar la suma, terminó ingresado en el complejo carcelario de Bayamón.