La jueza superior de San Juan, Eloína Torres Cancel, sentenció hoy, jueves, a 114 años de prisión a David Bonilla Fernández, convicto por asesinar a Julio Ramos Oliver el 19 de enero de 2013, durante las Fiestas de la Calle San Sebastián.

Torres Cancel le impuso a Bonilla Fernández la pena fija, tras declarar no ha lugar una solicitud de atenuantes presentada por el abogado de defensa, Jorge Gordon Menéndez.

El fiscal Mario Géigel indicó que en la vista de atenuantes no se pasó evidencia que demuestre que el convicto “tenga un buen carácter y reputación en la comunidad, lo que amerite atenuar la pena”.

El pasado 9 de octubre, un jurado de seis mujeres y seis hombres encontró culpable a Bonilla Fernández de un cargo de asesinato en primer grado y dos infracciones a la Ley de Armas. La jueza le dictó 99 años de prisión por el delito de asesinato y 15 años en los otros dos delitos.

“No tengo nada que decir”, expresó el convicto de 23 años, antes de que la jueza le impusiera la condena.

Los familiares de la víctima, que ocupaban varios bancos, salieron llorando de la sala judicial.

“Gracias a Dios que se hizo justicia. Fue una muerte viciosa”, dijo Julio Ramos Carmona, padre de Ramos Oliver.

La madre del difunto no pudo emitir palabra alguna tras escuchar la sentencia.

“Una de las cosas que más nos ha dolido es que él ( Bonilla Fernández) no haya sido digno de pedirnos perdón por algo tan grande como lo que hizo. No mostró arrepentimiento y es lamentable porque sabemos que su familia también está sufriendo porque son dos vidas perdidas”, dijo ahogada en llanto, Ramona Gaetán, tía materna del occiso.

La hermana del joven asesinado, Sugeilee Ramos Oliver, agradeció al Departamento de Justicia y a la Policía por el esclarecimiento del caso.

“Fue un trabajo en equipo. La justicia existe. Hay que luchar por ella, pero existe”, indicó la joven, quien al igual que varios de los miembros de su familia vestían camisetas verdes con el mensaje “Sana convivencia… Seamos tolerantes”.

“Damos gracias a Dios porque se hizo justicia. Mi hermano era un gran hombre”, sostuvo, por su parte, Yolanda Maldonado, otra hermana de la víctima.

La jueza tampoco dio paso a la solicitud del abogado de la defensa de que dispusiera en la sentencia que el convicto cumpla primero la pena de 15 años por las dos infracciones a la Ley de Armas, debido a que éstos tienen que ser cumplidos en años naturales, sin derecho a bonificaciones.

En la vista, la defensa llevó como testigos a una ama de casa de Bayamón y a un técnico automotriz de Dorado. Ambos declararon que conocían a Bonilla Fernández en el ámbito familiar y de la iglesia.

“Era un niño amado, un niño especial. En el tiempo que yo lo conocí, desde los 8 años hasta los 20 años, gozaba de buena reputación”, declaró Adria Cartagena Colón, quien dijo se sorprendió cuando se enteró por la television de los hechos en este caso.

Otro de los testigos, Fernando Cruz Hernández, declaró que visitaba a los padres del convicto en la barriada Santiago Iglesias. “Jugábamos baloncesto juntos y ajedrez”, indicó.

Pero, el fiscal sentó a declarar a la técnico sociopenal que rindió el informe presentencia, Namín García Rodríguez, quien declaró que aunque Bonilla Fernández no tenía convicciones anteriores, fue investigado por la Policía por varios incidentes de violaciones a la Ley de Armas, entre otros, un robo a un joven que fue secuestrado y llevado hasta un cajero automático.

La trabajadora social dijo que aunque la mayoría de las personas que entrevistó en Santiago Iglesias le indicaron que el convicto proviene de una familia de buena reputación, desde los 16 años sus padres habían luchado con su conducta.