Como un mujer excepcional, alegre y dedicada a su trabajo y al cuidado de su padre describieron familiares y amigos a la agente Mayra Ramírez Barreto, quien murió ayer en un accidente automovilístico en el estado de Oklahoma.

La mujer de 52 años cumpliría 30 años de servicio en el Departamento de Justicia, por lo que estaba ya pensando en su retiro.

Así lo aseguró Héctor Maldonado, un vecino de la agente y quien dijo conocerla de toda la vida.

“Ha sido una sorpresa. Ella era dedicada a ese trabajo, lo amaba y lo quería, faltándole muy poco para jubilarse. Nos ha cogido de sorpresa, verdaderamente. Es un dolor profundo”, dijo Maldonado, visiblemente afectado, frente a la casa del padre de Mayra, Genaro Ramírez.

“Mucha gente creía que yo era su padre, por eso ella era como una hija para mí”, insistió.

Como parte de sus funciones como agente de la División de Extradiciones del Departamento de Justicia, Mayra hacía estos viajes regularmente. Había partido la madrugada del martes para buscar a un prisionero en Oklahoma y debía regresar ayer.

“Ella era muy especial”, dijo Maldonado, el único miembro de la familia que habló.

Una compañera de trabajo de Mayra, que no quiso ser identificada, la describió como una mujer muy alegre, llena de vida y muy querida por todos en su trabajo.

“Hoy no se pudo trabajar allí”, dijo la mujer sobre la oficina donde laboraba Mayra.

“Ella me decía que, cuando se retirara, no le iba a hacer más cosas a su casa porque ya le había hecho muchas y la tenía lista”, reveló la compañera.

Hace apenas poco más de un año, la madre de Mayra falleció, por lo que ella se quedó pendiente de su padre de 80 años.

Ahora los familiares tienen que esperar a que el Departamento de Justicia haga toda la investigación y traiga el cuerpo a la Isla para luego hacerse cargo de los arreglos funerarios.

“El teléfono no ha parado, a ella la querían mucho”, añadió Maldonado.

Mayra no estaba casada ni tenía hijos. Le sobreviven dos hermanos.