El jurado que evalúa la prueba en el juicio contra Alfonso A. Madrid Guzmán a nivel federal se retiró a eso de las 3:00 p.m. a deliberar para eventualmente emitir un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad contra el siquiatra, acusado por emitir informes falsos a la Oficina del Programa de Compensación a Trabajadores (OWCP, por sus siglas en inglés), referente a una agente encubierta que se hizo pasar por paciente para obtener los beneficios de incapacidad.

Antes de retirarse, el juez federal Daniel R. Domínguez impartió las instrucciones generales a las seis mujeres y seis hombres que componen el jurado.

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Por la mañana, las partes ofrecieron sus argumentaciones finales del caso.

La fiscal Amanda Soto resumió los tres cargos que enfrenta el acusado por emitir tres informes de la agente –que se hizo llamar Elisa Fernández– el 27 de febrero, 27 de marzo y 24 de junio de 2013, en los que establecía que la joven de 29 años padecía de depresión mayor severa con ansiedad.

Según el reporte, su condición era resultado de una lesión lumbar y cervical que sufrió al tener un accidente en el trabajo al cargar un paquete en el Servicio Postal de Estados Unidos en Nueva York en octubre de 2011, a pesar de que la “paciente” le dijo en enero de 2013 que no había ocurrido tal incidente.

Fernández le indicó que fue referida por el fisiatra Luis Faura Clavell para hacer su caso “más fuerte” para que no tuviese que regresar a trabajar porque quería mudarse a la Isla con sus hijas, ya que estaba en planes de divorcio.

El abogado Juan Matos de Juan –quien representa a Madrid Guzmán junto con Edgar Sánchez Mercado- argumentó que su representado “honestamente creyó la versión de la agente encubierto”. Destacó que el hecho de que la “paciente” estuviese en proceso de divorcio y de mudanza, son factores estresores que el siquiatra tomó en cuenta al evaluarla.

“Tiene ante sí una paciente con un referido de otro doctor que dice que tiene ansiedad y depresión. No es una carta en blanco que entra por la puerta. Es una paciente con algún problema de salud mental. Ya tiene un diagnóstico inicial”, manifestó Matos de Juan.

Agregó que “Fernández” nunca le planteó que estaba mintiendo y que lo que quería era cometer fraude para recibir dinero del gobierno federal, y cuando Madrid Guzmán testificó, aclaró que nunca habló con el fisiatra y coacusado en este caso relacionado a esta “paciente”, por lo que “él no sabe”.

Destacó además que, si Madrid Guzmán iba a cometer fraude, por qué hacer un expediente del caso y tomar notas de progreso en cada una de las cinco citas médicas que tuvo Fernández, las que grabó en audio y vídeo.

“Si va a cometer fraude, no escribe nada… Él creía que estaba tratando una paciente real”, señaló el abogado del siquiatra con 29 años de experiencia y de 60 años de edad, cuya práctica privada es en Guaynabo.

Matos de Juan añadió que el siquiatra le cobró a la “paciente” como a cualquier otro, y que el único incentivo que hubiese tenido para cometer fraude era monetario, lo que entiende no ocurrió y “hubiese pedido mucho más dinero porque sería poner su licencia en riesgo, por lo que no tiene sentido” y solicitó al jurado un veredicto de no culpabilidad.

Por su parte, la subjefa de fiscalía federal, María Domínguez, reiteró que en las visitas médicas, la agente de la Oficina del Inspector General (OIG) del Servicio Postal de Estados Unidos le reiteró en todo momento que estaba bien, que no estaba triste, que estaba durmiendo bien y compartiendo con su familia, mas Madrid Guzmán escribió en los informes que tenía insomnio, aislamiento, pobre concentración y la diagnosticó con el tipo de depresión más severo basado en un accidente laboral que sabía no ocurrió.

“Si es tan buen siquiatra, por lo que la trató y diagnosticó tan mal es porque sabía que Elisa Fernández no estaba realmente enferma”, dijo Domínguez, quien recordó que Madrid Guzmán dijo que hizo el diagnóstico basado en observaciones, porque tenía el pelo y la cara grasosa, los zapatos sucios y porque se pasaba tocando su cartera, y nunca le preguntó sobre su historial médico o de salud mental.

La fiscal destacó que Madrid Guzmán nunca llamó a Faura Clavell para preguntarle “qué está pasando aquí, que ella dice que está bien pero quiere que mienta en los informes”, porque “él sabía lo que estaba pasando”.

Presentó nuevamente algunas transcripciones de las citas grabadas, como cuando en la primera visita el 10 de agosto de 2012, el siquiatra le dice a la paciente: “Tenemos que hacer algo, te tengo que dar un medicamento, algo al menos, aunque no te lo tomes, pero por lo menos lo tengo que justificar”.

“Era mejor crear un récord para cubrir su trasero que tratar a Elisa Fernández… El doctor Alfonso Madrid Guzmán sabía que esto era un fraude. No pensó que lo atraparían, pero así fue. Les pido que hagan justicia, que encuentren culpable al acusado Alfonso Madrid Guzmán por su conducta vergonzosa en este caso”, concluyó Domínguez.

Faura Clavell hizo alegación de culpabilidad y fue sentenciado a año y medio de prisión, pero tiene hasta el 15 de abril para entregarse voluntariamente y comenzar a extinguir la pena.

Ambos fueron arrestados el 5 de septiembre de 2013 por “emitir informe médico al Departamento del Trabajo de Estados Unidos falso y fraudulento”, según la pesquisa del operativo denominado “Hurting for money” o “Dolencias por dinero”. La acusación indica que le diagnosticaban a pacientes condiciones que no padecían para obtener los beneficios de OWCP a cambio de compensación económica.

En el caso de Madrid Guzmán, enfrenta tres cargos por emitir un informe médico falso relacionado con una “paciente” referida por Faura Clavell. Los médicos recibían entre $150 y $1,000 por cada informe y certificación médica. Se expone a una pena de hasta cinco años de prisión.

Otras 10 empleados del Servicio Postal Federal fueron acusadas en este caso por reclamar dinero al programa federal alegando que sufrieron alguna lesión y no podían trabajar, recibiendo un 75% de su salario. Algunos recibieron el beneficio, por lo que se estima se agenciaron en total $3.5 millones.