Un residente del residencial público El Prado, apodado "el Mono", ayudó a Jonathan Soto Bonilla y a Josué Javier Vázquez Feliciano a abandonar el lugar, luego del accidente de automóvil que cegó la vida de seis personas el pasado 1 de febrero.

 En la continuación del juicio por jurado que se sigue contra Soto Bonilla por seis cargos de homicidio negligente, Vázquez Feliciano declaró hoy que el Mono "consiguió a la persona" que los ayudó a escapar en un guagua y además reveló detalles específicos de lo que ocurrió justo después del accidente.

Ante un jurado compuesto por ocho hombres, cuatro mujeres y dos suplentes, el testigo narró que la tarde del accidente fatal, su amigo 787, como apodaba a Soto Bonilla, pasó a recogerlo en un Toyota Camry blanco al residencial público Luis Lloréns Torres, donde residía. Iban para el residencial público Sellés, donde residía Soto Bonilla, a buscar una ropa para una fiesta que había esa noche.

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Recorrieron Villa Palmeras, la Calle la Providencia y Cantera hasta llegar a El Prado, donde estaba Mono. Ambos se bajaron a saludar. Miraron unos gallos y Vázquez Feliciano, conocido como JE, se tomó una foto con un caimán.

Luego, el acusado se marchó a buscar su ropa a Sellés, mientras JE se quedó en El Prado.

A su regreso, según el relato del testigo, Soto Bonilla detuvo el Camry frente al negocio donde se encontraba conversando con una amiga.

"Me dice qué vamos a hacer. Lo noto medio molesto. Yo le digo que me deje guiar. Me dice que no, que me monte", apuntó a preguntas de la fiscal Jimara Gabriel Maisonet.

Una vez en el vehículo, JE narró que tenía su atención puesta en el celular cuando ocurrió el accidente.

"Estoy en Facebook chequeando y escribiendo. Luego siento una aceleración del carro. Estoy chequeando el teléfono y siento unos cantazos y el carro se eleva. Cuando alzo la vista, chocamos contra un carro", narró el testigo, quien se encontraba esposado y con su uniforme de preso.

Con el golpe, se abrieron los "airbags" o bolsas de seguridad del vehículo.

"Abro la puerta del carro desesperado", indicó el testigo, quien en ese momento portaba una pistola.

Según narró, salió corriendo y brincó una verja para entrar a El Prado. Buscó al Mono, pero no lo encontró. Apareció la amiga con la que conversaba, a quien le mostró una herida en la pierna como resultado del accidente. Después vio a 787 en el piso tocándose un pie.

"Le doy en el pecho y le digo ¿socio qué pasó?", contó Vázquez Feliciano.

"No tenía heridas. Estaba sobándose un tajo de una operación vieja en el pie derecho", agregó.

En ese proceso, llegó Mono e informó que "habíamos atropellado unas personas".

"Me pongo nervioso y pido que me saquen del Prado", afirmó.

Mono buscó a una persona que llevó al dúo a Lloréns Torres. Al llegar a su apartamento, el testigo se bañó y se cambió de ropa. Poco después se topó con Soto Bonilla, pero se volvieron a separar.

En otro punto de Llorréns Torres, JE se encontró con unas personas que le indicaron que tenía que matar a 787, pero éste se negó. Eventualmente se entregó a la Policía y ofreció una declaración jurada.

En esa declaración jurada, sin embargo, no consignó que recibió una orden para matar a 787.

"No quería seguir involucrando personas en este caso donde teníamos que ver Jonathan y yo", respondió a la fiscal Gabriel Maisonet, quien comparte labores con la fiscal Lisette Sánchez Vázquez.

En el contrainterrogatorio, el abogado de oficio Federico López Santiago cuestionó al testigo sobre su expediente criminal.

Vázquez Feliciano, de 23 años, se encuentra detenido por un doble asesinato. También tiene pendiente un caso de narcotráfico en Pennsylvania.

Por las muertes frente a El Prado no se radicaron cargos en su contra, aunque inicialmente se le entrevistó en carácter de sospechoso.

El joven, que se dedicaba a la mecánica de motoras, pero que luego se convirtió en tirador de drogas del punto, también indicó a preguntas del abogado que solo dos personas viajaban en el vehículo al momento del accidente.

El Camry, sin embargo, apareció con tres puertas abiertas.

Vázquez aceptó que no sabe con precisión qué ocurrió porque no prestaba atención a la carretera e indicó que el carro discurría por la vía de forma "normal" cuando salió de El Prado.

 A preguntas del abogado, respondió que ese día no habían bebido, ni usado drogas.

Aceptó que pocos días después del accidente mataron al Mono, pero indicó que "no diría que fue por eso porque él no tenía que ver con esto".

El juicio sigue mañana martes a las 10:00 a.m.