Una escena de crimen muy compleja y unos análisis forenses que todavía faltan.

Esas son las principales razones para que las autoridades no hayan radicado aún cargos contra ninguno de los cuatro involucrados en la balacera en que murió el agente Joaquín Correa Ortega y quedó herido el sargento Víctor Pérez Figueroa el 10 de marzo pasado, en hechos ocurridos en Humacao.

A diferencia de ese caso, las autoridades sometieron cargos –al otro día de los hechos– contra el único sospechoso de herir a los agentes encubiertos Julio C. Mundo Feliciano, de 33 años y Geniel Amaro Fantauzzi, de 35 años, quien falleció el lunes.

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La fiscal de distrito de Humacao, Elizabeth Cabassa, quien tiene a su cargo ambas investigaciones, dijo que los casos no se pueden comparar.

“Cada caso es diferente. La fiscalía se ha mantenido al día para completar la investigación. Se estableció un task force y en el caso de Joaquín Correa Ortega y el sargento Víctor Pérez la escena fue bien amplia y más complicada que la escena (en Las Piedras). Este asunto está aún bajo investigación nuestra, aunque está bien adelantada. Estamos dándole seguimiento al Instituto de Ciencias Forenses en relación a las pruebas que nos faltan”, aseguró la fiscal en entrevista telefónica con Primera Hora.

Según la funcionaria, el ICF ya analizó gran parte de la evidencia que tenía y ha sometido parte de los resultados, pero sin las pruebas periciales relacionadas con ADN, no se puede completar el proceso.

“Ellos son bien diligentes y colaboradores, pero era mucha la cantidad de evidencia”, dijo la fiscal.

¿Le han informado a ustedes si es que el Instituto está corto de personal?

Entiendo que el Gobierno en general está pasando por una situación un poquito delicada. Hay una crisis y todo el mundo está corto de personal, pero ellos han sido bien diligentes en lo que nos han provisto y los resultados que hemos tenido. Hay que recordar que ellos cubren toda la Isla y hay casos que están corriendo en los tribunales y ellos tienen que darle prioridad para que los casos no se caigan por los términos.

Cabassa se apuró también a decir que no es que se haya “olvidado” del caso, sino que ha estado dándole seguimiento y que se mantiene en constante comunicación con el ICF.

“Son cosas que no salen a la prensa pero hemos ido al Instituto en bastante ocasiones. No es que fuimos y no hemos vuelto. No. Hemos ido y nos mantenemos al día colaborando”, declaró.

Cuando usted dice que los resultados estarán listos próximamente, ¿estamos hablando de cuánto tiempo?

Bueno yo quisiera que fuera mañana. Si fuera por mí, sería mañana. Estamos tratando de que sea a la mayor brevedad posible y mientras esperamos por los resultados de DNA con toda la prueba que ya nos han adelantado, hemos hecho acá nuestro propio organigrama, para poder organizarnos nosotros. Es mucho lo que está envuelto. Después de los resultados hemos ido montando el rompecabezas con todos esos resultados que hemos ido recibiendo poco a poco. No quiero poner presión adicional al Instituto de que 'tienen que entregar porque voy a radicar la próxima semana'. No. Los casos hay que trabajarlos con calma. No queremos radicar por radicar para salir del caso, no queremos dejar ningún cabo suelto; es tener la certeza de que cuando se radique hayamos cubierto todos los ángulos posibles y que no dejemos nada suelto porque nuestro interés es que esos cargos prevalezcan.

¿Van a someter contra los cuatro sospechosos?

Cae dentro del marco de posibilidades, pero como eso es parte del proceso de investigación no sería responsable adelantar algo en ese sentido.

¿Los cargos serían por el asesinato de Joaquín Correa Ortega e intento de asesinato del sargento Víctor Pérez Figueroa?

Sí.

Los hechos se remontan al 10 de marzo cuando ambos agentes junto a otros oficiales se disponían a intervenir en una feria de venta de caballos y carros, donde además se realizaría una venta de armas ilegales, según supieron por confidencias.

Cuando los agentes se bajaron de las patrullas varios individuos en un auto con los cristales ahumados abrieron fuego en su contra.

Correa Ortega murió en el lugar mientras que Pérez Figueroa perdió parte de su nariz por un balazo que le traspasó la quijada y la boca, además de perder parte de su dedo índice.

Uno de los supuestos maleantes, identificado como Rafael Rodríguez Carrasquillo, también murió en la escena.

Tras el infierno que se desató en el lugar, las autoridades lograron detener a tres sospechosos en momentos y lugares diferentes. Todos están bajo jurisdicción federal por otros hechos.

Uno de ellos Efraín Rivera Ramos, de 23 años, alias Bebo Orejas, había sido arrestado cinco veces en ocasiones anteriores por armas y sustancias controladas, y le ocuparon 237 balas en tres de esos arrestos, pero siempre se le declaraba “no procesable”.

Otros sospechoso es Jancarlos Velázquez Vázquez, de 25 años, quien enfrenta además una ofensa por atacar a un oficial federal.

También está señalado Alexander Rosario de León, alias “Coquí”, de 27 años, quien fue capturado el 21 de mayo, en compañía de una fémina y se le ocupó un chaleco antibalas y sustancias controladas.