Juana Díaz. Aún no salen de su asombro los vecinos de Efraín Morales Acosta, quien fue asesinado en la madrugada del jueves en el interior de su residencia en la urbanización Valle Húcares y a quien describen como un hombre tranquilo.

El individuo de 40 años fue hallado muerto en el baño de la casa que compartía con su hijo de 20 años. El cuerpo presentaba cinco disparos en la cara. Fue precisamente el hijo quien dio parte a la Policía, tras indicarle que lo encontró tras escuchar detonaciones mientras paseaba a su perra pit bull cerca de las 2:20 a.m.

“Todavía no puedo creer que haya pasado algo así, yo los conozco hace años”, dijo Julio Peña, vecino de esta familia.

Recordó que la madre del hijo mayor se había mudado con sus otros hijos a los Estados Unidos y que “Frao”, como conocían al padre, siempre trabajó en su negocio de sonido. Sobre la versión del hijo que salió a pasear a la perra durante la madrugada, mencionó que “era su costumbre”.

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El teniente Herminio Ramos, de la División de Homicidios de Ponce, destacó que el infortunado tenía licencia para portar armas y dos pistolas .40, las que no fueron halladas en la casa. Igualmente, añadió que la caja fuerte que Morales Acosta tenía en su habitación tampoco estaba en el lugar, por lo que se presume el móvil haya sido el robo.