Un empleado del Municipio de Bayamón confesó hoy, martes, el asesinato de la vendedora de seguros, Carmela Lymarie Rosado Rueda, de 34 años, desaparecida desde el martes, tras ser sometido a un intenso interrogatorio en el Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Bayamón, supo este medio.

El sujeto, a quien este medio no identifica porque no ha sido acusado, reveló que lanzó el cuerpo de Rosado Rueda en un paraje de un barrio de Guaynabo.

Tras revelar lo sucedido, el interrogado condujo a los agentes hacia el lugar donde supuestamente abandonó el cadáver de la desaparecida, de 34 años y quien era vecina de la urbanización Campo Alegre, de Bayamón. Las autoridades iniciaron una búsqueda en la zona, dijo una fuente policiaca.

Hace unos 20 años, el asesino confeso ya había sido acusado por un caso de agresión sexual, agregó la fuente.

El hombre había sido interrogado el lunes después que agentes del CIC recibieron varias llamadas que lo señalaban como el individuo cuyas imágenes fueron captadas por las cámaras de seguridad del Cantón Mall, cuando abandonaba el automóvil de Rosado Rueda, el 23 de octubre, día de la desaparición de la mujer. 

Rosado Rueda, desapareció el martes a las 9:55 a.m., mientras transitaba por la carretera PR-1, en dirección hacia Guaynabo, de acuerdo al último número que aparece en el registro de llamadas hechas desde su celular. La mujer transitaba con rumbo a Ponce, ya que la compañía Leonor Investments, para la cual también laboraba le había solicitado que le mostrara una propiedad de alquiler a un cliente. 

El viernes por la mañana, una vecina de la desaparecida, residente de la urbanización Campo Alegre de Bayamón se le acercó a un policía municipal de Bayamón para indicarle que había observado su auto Hyundai Genesis color negro, modelo del 2010, con la tablilla HSS-048, estacionado en el Cantón Mall.

 El automóvil fue sometido por los investigadores del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) a un minucioso análisis para levantar huellas y muestras de ADN.

Al interrogado se le tomaron muestras de ADN para compararlas con el material genético levantado en el auto de la vendedora de seguros.

En un primer interrogatorio, el hombre dijo que conocía a Rosado Rueda, pero negó que la hubiese visto el día en que desapareció. Dijo que ese día no fue a trabajar, porque estuvo haciendo diligencias.

 Confidencias llevaron a los agentes el domingo, al lago Cerrillos en el barrio Maragüez de Ponce, donde fue hallado un pedazo de tela con aparentes manchas de sangre, el cual se determinó no guarda relación con el caso.