Piénselo, ¿cuándo fue la última vez que cotejó el techo de su casa para cerciorarse de que en él no se acumula agua?

Si hay agua acumulada, ese puede ser otro foco para la procreación de los mosquitos del dengue y del chikungunya, y las víctimas serán usted, su familia y los vecinos.

Los techos convertidos en criaderos de mosquitos, podrían estar proliferando, de otro lado, por culpa del aumento en el número de viviendas abandonadas.

Muchos puertorriqueños han emigrado por causa de la crisis económica y no han podido vender la casa; a otros se las quitó el banco y otras edificaciones no han podido ser vendidas sencillamente porque  no hay gente con dinero para comprarlas.

El presidente de la Asociación de Constructores de Hogares, Roberto Trápaga, hizo un llamado ayer a que todos los puertorriqueños cumplan con su responsabilidad de mantener el techo de sus casas y edificios en condiciones óptimas.

Trápaga indicó que el problema mayor debe residir en las residencias ocupadas porque son la mayoría.

Todo el mundo debe darle una mirada al techo, una mirada obligada ahora mismo por la epidemia del chikungunya.

Los techos de las viviendas deben ser inspeccionados por lo menos una vez al año y deben repararse cada cinco o diez años, dependiendo de su propensión a filtrar o si el edificio ubica en una zona que cae mucha lluvia, dijo el líder de los constructores.

Trápaga señaló que con el tiempo, se crean hondonadas en los techos y aunque estas no sean profundas, pueden acumular agua suficiente para la procreación del mosquito.

La persona que le suele sellar el techo puede ser la más indicada para nivelarle la superficie.

Usted también debe estar pendiente de los desagües, para que tampoco se llenen de agua.

Esa tarea, dijo Trápaga, por lo general puede hacerlo el dueño o la dueña de la casa.

En cuanto a la venta de las viviendas, el presidente de la Asociación dijo que ahora mismo hay un inventario de casas sin titulares que suma las 4 mil.

El inventario incluye casas recién construidas, algunas que llevan mucho tiempo en el mercado y otras que ya están en manos de los bancos.

El Gobierno aprobó un proyecto para ayudar con los  gastos de cierre a personas de escasos recursos que van a comprar un hogar, pero todavía los fondos no han sido desembolsados.

Eso está provocando que potenciales compradores “se aguanten” y se dilate el proceso de compraventa.

Iniciativas anteriores del Gobierno de Puerto Rico ofrecían incentivos gubernamentales más amplios para la compra de viviendas.