¿Albert Saldaña Esquilín, alias Purulo, está protegiendo a alguien con su testimonio?

Esa es la teoría que surgió ayer en la continuación del juicio contra cinco varones por el asesinato del entonces Procurador de Menores, Antonio Barceló, y de sus hijas Yahaira y Laura.

Purulo es el testigo estrella del caso y ha dicho que la noche del 10 de diciembre de 2004, junto a varias personas, salió a “cazar” a líderes de la venta de drogas en Monte Hatillo, Río Piedras. 

Sin embargo, la defensa ha enfilado sus cañones a tratar de establecer que Purulo nunca estuvo en la escena y que tampoco ha identificado a todos los que sí participaron del crimen.

El grupo que salió esa noche del caserío Monte Park atacó a balazos -por error- el carro en el que iban Barceló, sus hijas y una amiga de ellas. 

A preguntas del abogado José Roselló, quien representa a Adiel Roberto Moreau Dones, alias Osama, el testigo repasó sus movimientos de aquella noche, hasta “lo que sucedió”.

Negó consistentemente que se hubiese quedado en su casa junto a su compañera, quien estaba embarazada. 

“¿Con este testimonio suyo usted está protegiendo a una persona que sí participó de los hechos?”, le cuestionó el abogado a Purulo.

“No”, le respondió él de forma seca.

El testigo cumple una condena de 95 años por la muerte posterior de un hombre apodado Coquí. 

Trascendió ayer en el juicio, que dirige la jueza Vivian Durieux, que el arma que cargaba Purulo para el 2004 se la regaló precisamente Coquí, quien era su “jefe” como parte de la organización que operaba en Monte Park. 

Además, Coquí habría sido la persona que en reuniones posteriores pidió cuentas por el triple asesinato de Barceló y sus dos hijas. No obstante, poco después, el testigo lo mató.

“Fue por algo que él me hizo. Si usted supiera lo que él me hizo, entendería”, indicó a preguntas del abogado. 

“¿Pero usted no tuvo reparo en asesinarlo?”, se le cuestionó. 

“Claro”, exclamó el testigo.

Mientras,  quedó aclarado ayer  que Purulo firmó un convenio con el Departamento de Justicia en el que se le rebajará a la mitad su sentencia de 95 años por asesinato y, además, se le acusaría de tres cargos de asesinato en segundo grado por las muertes de padre e hijas, y un cargo de conspiración con una sentencia sugerida de 12 años, que serían concurrentes con la sentencia que extingue ahora. 

“El efecto práctico es que usted no va a cumplir ni un sólo día”, le preguntó Roselló.

“No me lo explicaron así”, alegó Purulo.

Roselló también buscó desmontar la versión de que el grupo estuvo dando vueltas a la misma cuadra frente al coliseo Rubén Rodríguez, en Bayamón, por cerca de dos horas sin estacionarse.

Purulo  indicó que a pesar de haber visto el auto que entendía era en el que iban sus enemigos, nunca se fijó que en realidad lo abordaban “un señor mayor y grueso y unas muchachas”.

“No me percaté”, declaró.

Una pregunta que hasta el momento había quedado en el aire era el nombre de la novela que Purulo dice que daban a la 1:00 de la mañana. 

Él  estableció ayer que era “La mujer de Judas”, y reiteró  que fue en ese espacio televisivo,en un avance noticioso, que supo el apellido de las víctimas que habían matado por error.  

A preguntas de Carmelo Dávila, abogado de Billy de Jesús, dijo que desconocía quién era Víctor López Ríos, pero sí sabe quién es Efraín Osorio Iglesias, ambos confinados, pero cuya pertinencia no se ha explicado en el juicio.

Se espera que testifique una persona que las autoridades trasladaron desde los Estados Unidos.