“Yo le decía: ‘Papa, ¿estás bien? Párate, párate, que ya se acabó’”.

Incrédula aún, una testigo de la balacera registrada la mañana de hoy, domingo, en la panadería Las Cumbres de Bayamón relató a este medio cómo en cuestión de segundos, desconocidos abrieron fuego contra el establecimiento en el que había una docena de clientes, dejando a uno de ellos muerto y a otro herido en condición de cuidado.

La mujer, quien prefirió mantenerse en el anonimato, recordó que se levantó temprano hoy, domingo, para ir a la iglesia. Pero, antes, acudió a la panadería para comprarse un café que espantara su sueño.

Faltaban pocos minutos para las 7:00 a.m., y mientras se encontraba frente a la caja registradora, escuchó la balacera y pensó que se trataba de petardos. “Todo el mundo se tiró al piso. Yo fui la única boba que no me tiré”, rememoró la mujer.

Al llegar la calma, observó a sus pies a un hombre, quien aún se tapaba los oídos. Resultó ser José Santiago Cruz, de 40 años y dueño de una casa de empeño en la urbanización Forest Hill de Bayamón.

“Yo le seguía diciendo: párate”, dijo. Pero el hombre, un cliente asiduo de la panadería, ya había muerto. Se sospecha, preliminarmente, que Santiago Cruz fue una "víctima inocente" del tiroteo, lo que significa que no se le conocen vínculos con el bajo mundo.

Según la testigo, al mirar hacia el lado, observó un joven ensangrentado en el suelo. “Iba gateando y gritaba un nombre. Yo salí gritando que llamaran a la Policía y a una ambulancia porque había heridos”, expresó.

La Policía identificó al segundo sujeto como Héctor Rivera, de 22 años, quien fue trasladado en condición de cuidado al Centro Médico de Río Piedras.

De acuerdo con el teniente José Luis Ortiz Maldonado, director de la División de Homicidios de Bayamón, varios individuos abordo de un vehículo abrieron fuego contra la panadería a eso de las 7:00 a.m.

Pasadas casi 12 horas del cruel ataque, seguía siendo un misterio para la Policía quién era el blanco de los pistoleros y qué los llevó a abrir fuego contra el establecimiento en una de las horas más concurridas.

Los investigadores del área de Bayamón intentaban dar con el paradero de una guagua Jeep Liberty color blanca, vehículo presuntamente utilizado por los sicarios. Además, según explicó el teniente Ortiz Maldonado, entrevistaban familiares del joven herido.

En la escena, precisó Ortiz Maldonado, se encontraron “múltiples” casquillos de bala. Además, se observó el rastro de al menos 50 impactos de proyectiles. Cinco vehículos, que fueron ocupados por la Policía para investigación, resultaron baleados.

El teniente adelantó que a partir de mañana, lunes, solicitarán mediante orden judicial copias de vídeos de seguridad del área, incluyendo un centro cardiovascular, en busca de pistas que logren dar con los asesinos.

Ángel Cruz, padre de uno de los empleados de la panadería, dijo que su hijo, Miguel Cruz, de 27 años, lo llamó temprano para alertarle sobre lo ocurrido e informarle que se encontraba sano.

“Él estaba preparándole un sándwich al occiso. Cuando escucharon los disparos, se tiraron al piso. Me dijo que fue como un rifle”, señaló el hombre.

Detrás de las cintas amarillas que marcaban la escena, varias jóvenes lloraban, pero pedían a los medios que no se les acercaran.

Por su parte, José González se expresó consternado con el crimen ocurrido justo frente a la iglesia Faro de Salvación, donde es maestro de la escuela bíblica.

“No hay respeto a la iglesia, mucho menos a Dios”, expresó.