Desconsolada por la pérdida de su sobrina, nerviosa porque teme por su vida, pero con deseos de tomar la justicia en sus manos. Así se encuentra Yolanda Pérez, tía de Jacmary Arocho Morales, quien fue asesinada mientras dormía en julio de 2011 y los presuntos responsables fueron absueltos por un jurado el pasado 6 de diciembre.

La joven de 18 años fue asesinada de tres disparos en la cabeza en el apartamento que compartía con su tía, hermano y primos en la calle Cristina, en Ponce. El blanco de los asesinos era la tía, pero estos mataron a la jovencita pensando que era ella la que dormía en una habitación junto a su hija de 14 años.

Por su muerte fueron acusados Rawlin Torres Ruiz, Francisco Vélez Sotomayor y Enid Natalia Santiago Vega. Otra mujer estuvo involucrada en el incidente, pero decidió cooperar con la fiscalía.

“Si la prueba era clara, no entiendo lo que pasó, eso fue una injusticia”, comentó Pérez.

Señaló que la noche del 12 de julio de 2011 dejó a su hija y sobrina durmiendo mientras salía a comprar comida. Cuando regresó, se enteró de que una tragedia había sucedido en su casa. Recordó que se volvió loca y que, cuando entró al cuarto, vio a Jacmary muerta.

La mujer narró a Primera Hora que ella sabía que la buscaban para matarla, que en varias ocasiones la habían amenazado de muerte, porque los dos hombres habían cometido robo domiciliario en su antigua residencia y ella los denunció a las autoridades. Sostuvo que los delincuentes le exigieron que retirara los cargos o, de lo contrario, moriría.

“Yo le dije a la Policía que no quería seguir con el caso y sabían de las amenazas, pero no hicieron nada”, comentó la tía de la estudiante de secretarial.

Indicó que la testigo principal explicó claramente todos los detalles del vil crimen: que Torres Ruiz, quien cumplía en la cárcel sentencia por el robo, había encargado el asesinato a su compinche Vélez Sotomayor y que con la colaboración de las dos mujeres llegó hasta el apartamento y cometió el delito.

“Los fiscales María Teresa Miranda y Alberto Cruz hicieron un excelente trabajo, no me explico cómo el jurado no lo tomó en cuenta”, mencionó la mujer, quien incluso añadió que la mayoría de los miembros del jurado lucían cansados durante el proceso.

Esta recordó que su sobrina tenía muchos sueños, que era una joven buena y feliz que decía que quería trabajar para ayudarla. Además, dijo que ella dejaba de ser de ella para ser de los demás.

“Me quedé sin justicia. A veces yo quiero coger la justicia en mis manos, aunque vaya presa”, expresó llorosa.

Sostuvo que, a casi dos años de la muerte de Jacmary, aún piensa mucho en ella, y tanto sus hijos como el hermano de la occisa no han podido superar que la jovencita ya no está.

Reiteró que, a pesar de todo, se siente culpable de saber que era a ella a quien buscaban los sicarios y que al conocer que alguno de ellos regrese a la libre comunidad, la mantiene con miedo de que quieran buscarla para vengarse.

“Yo no los perdono, pero confío en la justicia divina”, comentó Pérez, quien pidió al Departamento de Justicia que tome acción, aunque sabe que ya no pueden volverlos a juzgar por los mismos delitos.

“Me identifico con la mamá del bebé Jatdiel Hernández, que mataron en Santa Isabel, que también se quedó sin justicia al quedar libres los acusados de su muerte”, dijo la mujer.