Ponce. "El chanchullo no lo supo montar”.

Con estas palabras el suspendido alcalde de Guayanilla, Edgardo Arlequín Vélez, describió las acciones de una empleada municipal que lo acusó de acoso sexual.

Arlequín Vélez fue separado de sus funciones por la Unidad de Procesamiento Administrativo Disciplinario del panel del Fiscal Especial Independiente (FEI) y enfrenta también un cargo por violación a la Ley de Ética Gubernamental.

A su salida de la vista preliminar que dirige el juez Pedro Casablanca del Tribunal de Primera Instancia de Ponce, el alcalde solo se limitó a expresar que está tranquilo y confiado en que saldrá airoso de este proceso. Este estuvo acompañado por sus hijos, amigos y conocidos.

Por su parte, sus abogados Carlos Padilla y Carlos García destacaron que la empleada de fondos federales Lumari Torres esperó un año para hacer las acusaciones en contra del alcalde.

“Eso fue una represalia porque sabía que podía ser despedida”, expresó Padilla.

Asimismo, señaló que los hechos que se le imputan al funcionario son totalmente falsos porque tienen prueba de que el mismo día que la empleada alegó fue víctima el alcalde no se presentó a la alcaldía debido a que estaba atendiendo gestiones personales.

“Ella está mintiendo y lo vamos a demostrar”, indicó García, quien añadió que el alcalde será absuelto de los cargos que se le imputan.

Durante la vista preliminar, estuvo declarando la sub directora de la oficina de Recursos Humanos municipal, Iris Virginia Vargas, a quien los fiscales especiales independientes Guillermo Garau y Ramón Mendoza presentaron varios documentos de evaluaciones realizadas sobre el desempeño de la empleada.

“Esos documentos no tienen pertinencia con los hechos por tratarse de fechas distintas a los hechos”, comentó el abogado.

La continuación del testimonio de la empleada de recursos humanos quedó señalada para el 23 de junio.