Por primera vez en la historia, el Tribunal de San Juan reconoció hoy, miércoles, el derecho a la adopción de un matrimonio del mismo sexo, al permitir que una mujer se convierta legalmente en la segunda madre de la hija biológica de su cónyuge.

Luego de una vista evidenciaria, que se extendió una hora y media, la jueza Ladi Buono de Jesús acogió la segunda petición de adopción de Ángeles Judith Acosta Rodríguez y ordenó al Registro Demográfico inscribir a la hija de Carmen Milagros Vélez Vega con los apellidos de ambas mujeres.

Ambas mujeres también aparecerán en el documento como madres de la adolescente, de 15 años.

Poco después de que la togada anunciara su determinación, en una audiencia que se celebró a puerta cerrada como lo exigen los procesos de familia, las mujeres abandonaron la Sala 704 sonrientes junto a su hija y en compañía de sus abogadas Nora Vargas Acosta, Gabriela Montes Rivera y Johanis Salcedo Morales de la Clínica de Asistencia Legal de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.

En el pasillo, familiares, amigos y amigas de la pareja aplaudieron, mientras que una de las madres soltó en voz alta el nombre de su hija: Juliana María Acosta Vélez.

La menor nació en el núcleo familiar encabezado por ambas mujeres, mediante un proceso de inseminación artificial al que se sometió Vélez Vega.

"Para nosotros es un día maravilloso para nuestra familia, pero pienso que también es maravilloso para todas nuestras familias, todas las familias diversas, para todos a los que nos han hecho sentir que no somos una familia legítima. Esta vista ha sido hermosa", afirmó Vélez Vega, quien se casó legalmente con Acosta Rodríguez el 31 de julio de 2012 en Nueva York.

"Nosotras dormimos más tranquilas de hoy en adelante, no hay la menor duda", agregó mientras se abrazaba a varias amigas. 

Emocionada, la investigadora del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico explicó que inició este proceso junto a su compañera de vida como un ejercicio de amor hacia su hija.

"Quería que ella supiera que era tan importante e íbamos a dar esta batalla. Fue ella la que movió este proceso", precisó.

El proceso de adopción inició en el 2005, cuando la pareja todavía no se había casado. En ese momento, Acosta Rodríguez solicitó adoptar la niña que había nacido el 17 de julio del 2000.

Esa petición llegó al Tribunal Supremo de Puerto Rico, foro que en el 2013 rechazó reconocerle a la mujer el derecho a adoptar a la hija, que han criado juntas.

Divididos 5-4, la mayoría de la curia determinó que el Artículo 138 del Código Civil impedía aplicar el concepto de la adopción del segundo ‘padre’ o ‘madre’ del mismo sexo y la mujer sólo podía adoptar a la menor si su pareja renunciaba a ser la madre legal de la niña.

Esa realidad cambió en la tarde de hoy, miércoles, cuando apoyada en la jurisprudencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, que desde junio pasado reconoció el matrimonio igualitario, Buono de Jesús autorizó la adopción de la adolescente.

La jueza tomó la determinación luego de que la trabajadora social María de Lourdes Rivera Córdova, del Departamento de la Familia, recomendó la adopción y las procuradoras de la Familia del Departamento de Justicia, María Isabel Palos Alvarado y María Silva Basora acogieran la recomendación que tomaba en cuenta el mejor bienestar de la menor.

"Cuando recibimos ese cantazo se nos salió el aire del cuerpo. Eso fue bien duro leer las opiniones que contenían palabras bien ofensivas hacia nosotros", indicó.

Pero ese sabor amargo que dejó esa decisión, que hoy no tiene valor jurídico, hoy se convirtió en ilusión y esperanza.

"Comparándola con lo que pasamos hace 10 años, esto es el paraíso. Parece que estábamos en otro lugar y ciertamente estamos en otro País. Todo ha cambiado", apuntó Vélez Vega.

Su compañera de 27 años también celebró el momento histórico.

"Éramos una familia desde antes que Juliana naciera. Lo que cambia es que yo voy a tener los mismos derechos legales sobre mi hija que tiene su madre biológica y que Juliana va estar tan protegida conmigo como con ella", apuntó Acosta Rodríguez.

"Es un acto de justicia y un acto derechos humanos lo que ha pasado hoy aquí.... Todos los niños de este País ganan, sobre todo aquellos que tienen familias diversas, donde hay una mamá sola con un niño, un papá solo con un niño, familias homoparentales, abuelas criando. Todos ganan. Todos ganamos. Yo creo que nosotros tenemos una responsabilidad bien grande en proteger a la niñez y de eso se trata este caso porque mi hija hoy es ciudadana de este País", agregó la sicóloga clínica.

Rodeada de su familia y de amigos, Juliana, quien había adoptado como su segundo nombre el apellido de Acosta, apuntó que "ya era hora" de que reconocieran legalmente a su segunda mamá.

Hay más casos de adopción pendientes La licenciada Vargas Acosta explicó que esta segunda petición de adopción de apoyó en un Artículo del Código Civil, que permite que una persona casada pueda adoptar el hijo biológico de su cónyuge y en el nuevo estado de derecho que estableció el Tribunal Supremo de los Estado Unidos el verano pasado en el caso Obergefell vs Hodges.

Precisó que las procuradoras del Departamento de Justicia velaron porque la prueba presentada corroborara que adopción perseguía el mejor interés de la menor, sin considerar que la pareja era del mismo sexo como ocurrió en el primer intento.

"Es un reconocimiento legal jurídico a la relación de amor de Ángeles y de Carmen Milagros, pero más allá de la familia, es un día histórico porque reconoce además la posibilidad para otras familias diversas que también tienen hijos y que requieren y necesitan el reconocimiento legal y jurídico para que puedan extenderle las aplicaciones y esos derechos a esos niños", apuntó.

Apuntó que existen otros casos de adopción pendientes a este caso y a la aplicación del nuevo estado de derecho a la luz del reconocimiento del matrimonio igualitario.

Sobre la posibilidad de no usar el trámite de la adopción y de que una pareja de mujeres exija que se reconozca la presunción de su maternidad por estar casadas como ocurre con un matrimonio heterosexual, apuntó que escenario es posible en el contexto histórico y jurídico actual.

"Yo entiendo que sí. Ese es el próximo paso que tenemos que dar", apuntó.

El portavoz del Comité Amplio para la Búsqueda de la Equidad, Osvaldo Burgos Pérez, celebró la decisión, pero advirtió que todavía queda camino por recorrer.

"Es un paso gigantesco nos parece, pero todavía hay mucho que trabajar", apuntó.

Reacciona el Departamento de Justicia 

El secretario del Departamento de Justicia, César Miranda, celebró lo que calificó como una nueva conquista para los derechos civiles de los puertorriqueños y extendió sus felicitaciones a ambas madres y la menor.

"Este caso ilustra la determinación y la voluntad de las madres de esta niña y es un reconocimiento a toda la lucha librada a través de la historia de los derechos humanos en Puerto Rico", apuntó en un parte de prensa.

"Esta decisión constituye un triunfo para el bienestar de los menores, quienes también tienen derecho a que se les reconozca como hijos de los padres y madres, independientemente de su sexo, que mediante adopción han decidido darles amor incondicional durante su proceso de crianza", añadió.