Contrario a lo que declaró su esposa Rosie Carmona, Roberto Guzmán Jiménez negó la tarde del martes que hubiera consultado a un abogado para asesorarse sobre la posibilidad de presentar una demanda por daños por los alegados golpes que recibió durante un altercado ocurrido al finalizar la fiesta del cierre del verano de la Marina Puerto del Rey, el 9 de agosto pasado.

“No. Estoy concentrado en este proceso”, respondió a una pregunta del licenciado Joaquín Monserrate Matienzo durante el tercer día de la vista preliminar que se sigue contra José Ignacio Juelle Feo y Rafael Silverio Alvarado.

“¿Su esposa ha consultado con un abogado?”, insistió Monserrate Matienzo.

“No”, contestó Guzmán Jiménez.

Carmona, la primera testigo de cargo, declaró que se asesoró con abogado, pero que “no sabemos todavía (si vamos a demandar)”.

Pero esta no fue la única discrepancia que afloró entre el testimonio del hombre de 48 años y los testimonios de su compañera y otras dos empleadas del Restaurante Seashore, donde se celebró el festejo para los socios de la marina. 

Ante la jueza Ada López Santiago, del Tribunal de Fajardo, Guzmán Jiménez negó, a preguntas de los abogados Joaquín Monserrate Matienzo y Ricardo Prieto García, que hubiera increpado a Juelle Feo, como declaró la mesera del restaurante, Radisha Figueroa Ortiz.

“No fui hacia ellos. Íbamos en la misma dirección”, apuntó el hombre, que ostenta un grado juris doctor, pero que inicialmente fue descrito por las autoridades como un abogado.

Según testificó Figueroa Ortiz, Juelle Feo golpeó a Guzmán Jiménez luego de que el hombre le reclamó por tropezar con su esposa y acariciarle el pelo. Como resultado de ese golpe, según la testigo, la alegada víctima cayó al suelo, pero luego se levantó.

Sin embargo, Guzmán Jiménez no recordó, a preguntas del licenciado Ricardo Prieto García, que cayera al suelo y que luego se incorporó. Tampoco recordó haber visto en el lugar a la mesera o a su supervisora, Belkis Concepción.

Durante el contrainterrogatorio de los abogados Monserrate Matienzo, quien junto a José Andreu Fuentes representa a Juelle Feo, y Prieto García, quien representa a Silverio Alvarado, el testigo tampoco recordó que Concepción lo hubiera aguantado para evitar la pelea o que su hijo hubiera peleado con Silverio Alvarado, como relató su esposa.

“Eso no lo recuerdo”, señaló sobre el testimonio de Concepción. 

“Yo no me caí, ahí me apagaron las luces”, agregó Guzmán Jiménez

De acuerdo a la versión del hombre, después de reclamarle a Juelle Feo y sacar a su esposa del medio -quien se había interpuesto entre ambos- “me apagaron las luces”. Luego despertó en el Centro Médico de Río Piedras.

Como parte de la estrategia de la defensa para tratar de demostrar que Guzmán Jiménez es un bebedor asiduo, Monserrate Matienzo lo confrontó con múltiples fotografías descargadas de sus redes sociales, donde el hombre aparecía bebiendo junto a su esposa y amigos. Las imágenes fueron objetadas por el Ministerio Público bajo el argumento de pertinencia.

Los abogados defensores también insistieron en un línea de preguntas para resaltar que el hombre nunca mostró interés por los expedientes médicos del Caribbean Medical Center de Fajardo y del Centro Médico en Río Piedras, donde le realizaron dos CT Scans (pruebas de tomografía computadorizadas) que no detectaron fracturas en su cabeza.

El extenso contrainterrogatorio estuvo marcado por los "no recuerdo" del testigo, quien aseguró que no conocía a la doctora Michelle Ramírez Ruiz. La doctora atendió al hombre en el hospital de Fajardo y su esposa radicó una querella en su contra por el alegado maltrato que recibió en la institución hospitalaria. Dijo que tampoco conocía el contenido de la querella.

Según el testimonio de Carmona, la doctora, con práctica privada, expresó que su esposo estaba ebrio, dato que consignó en el expediente médico.

Golpe no es compatible con puño de una persona derecha

Previo al contrainterrogatorio de la alegada víctima, el Ministerio Público, representado por los fiscales Omar Barroso Rosario, Leilani Vargas de la Paz y Phoebe Isales Forsythe, sentó a declarar a la cirujana maxilofacial Adriana de Llanos Torres.

Dirigida por las preguntas de Barroso Rosario, la perita declaró que evaluó a Guzmán Jiménez para un trauma facial.

Como parte de su evaluación, detectó que tenía un hematoma en el ojo derecho, una desviación de la nariz, una herida en la lengua sin sutura, una herida en la barbilla suturada, sangre seca en el oído izquierdo y una mordida abierta.

El CT Scan que le realizó también demostró que tenía una pequeña fractura en la articulación cercana al oído izquierdo.

De Llanos Torres explicó que realizó una cirugía ambulatoria al hombre para reparar la desviación en la nariz.

Pero luego, a preguntas del abogado Andreu Fuentes, aceptó que la desviación en la nariz no era compatible con recibir un puño de una persona derecha. 

También señaló que era “una posibilidad” que la fractura cercana al oído era compatible con una caída.

La defensa, quien durante las preguntas a la doctora trató de establecer que las heridas del hombre eran menores, ha insistido en que la fractura responde a una caída. La esposa de hombre es la única que ha declarado que observó a Juelle Feo patear a su esposo en el suelo. 

Sin embargo, la mujer también aceptó en su testimonio que una gerente del restaurante, que no declaró en el proceso judicial, le dijo que Guzmán Jiménez se había caído al suelo y golpeado con una piedra. Otros testigos, que han declarado, solo han señalo que el hombre cayó en un lugar donde había piedras.

En el redirecto, la doctora De Llanos Torres indicó que la desviación de la nariz y la fractura también podían ser compatibles con un puño o una patada.

Juelle Feo enfrenta cargos por agresión mutilante, agresión simple y alteración a la paz. Mientras, Silverio Alvarado encara un cargo de agresión mutilante. Ambos se encuentran libres bajo fianza.

La vista preliminar continúa el 18 de marzo.