La incidencia criminal en Isabela se ha disparado a tal punto, principalmente en el renglón de asesinatos, que daría la impresión que persigue a sus residentes, como le ocurrió a su alcalde el viernes en la noche, pero en Santurce.

Según confirmó el propio alcalde Charlie Delgado Altieri, el viernes en la noche un desconocido rompió el cristal de su guagua Jeep Grand Cherokee en la calle San Jorge, en Santurce. En la querella que presentó en el cuartel de Santurce, se establece que le llevaron una computadora portátil, un Ipad y un bulto con documentos oficiales del ayuntamiento. En ese bulto, cargaba con un peine en cuyo interior había nueve balas calibre .40.

El primer ejecutivo municipal valoró el Ipad en $300, y la computadora portátil en $795.

El alcalde cargaba con la pistola al momento del incidente.

Mientras, dentro de los límites territoriales de Isabela, sus ciudadanos viven aterrorizados, luego de que se registraran cinco asesinatos entre el 4 y el 9 de agosto. Solo uno de los casos fue resuelto, y, según la Policía, se trató de una disputa familiar por una colindancia de terreno en el barrio Mora.

Delgado Altieri indicó que el viernes sostuvo una reunion con el coronel Leovigildo Vázquez, jefe de la región policiaca del Oeste, y el coronel Miguel Rosado, quien dirige el área policiaca de Aguadilla.

"Básicamente, el pedido es que se reforzara la vigilancia preventiva, pero enfatizando también en que hay que darle fuerza a las investigaciones. El propio Leovigildo me dijo que estaba de acuerdo con eso", dijo el alcalde en entrevista telefónica con este medio.

"Sin investigaciones no tienes convicciones", agregó.

Según los cálculos de Delgado Altieri, dos de las víctimas de asesinato en Isabela han resultado ser vecinos de otros pueblos, uno de Lares y el otro de Aguadilla. "Pero ocho son jóvenes isabelinos, y eso demuestra que hay una batalla", dijo.

Delgado Altieri comentó que en la reunión con la Policía salió a relucir que una serie de arrestos recientes han provocado la guerra entre dos bandos rivales del pueblo. El ejecutivo se limitó a decir que esos bandos operan "desde el pueblo hasta el campo".

En la reunión, no se hizo un compromiso de aumentar la plantilla de policiás estatales, que se ubica en 30. En la Policía Municipal de Isabela, laboran 32 policías.

"De hecho, se trabaja muy bien en cojunto", destacó.

En cuanto al efecto sobre la ciudadanía de esta ola crimnal, Delgado Altieri reconoció que puede tener su impacto en sectores como el turismo. A preguntas, no obstante, minimizó el problema, señalando que es una guerra "entre partículares", o sea, crímenes por acecho.