La esposa y la hija de Maurice Spagnoletti están convencidas de que ejecutivos de Doral Bank y Doral Financial, inclusive, su presidente Glen Wakeman, supuestamente tuvieron que ver con su asesinato el 15 de junio de 2011.

Así lo establecen las sobrevivientes del fenecido principal jefe de operaciones de la institución bancaria, Marisa y Lucy Spagnoletti, quienes el jueves pasado -dos días antes de que se cumplieran dos años del crimen- sometieron una demanda civil a nivel federal por muerte por negligencia o asesinato, agresión y conspiración para cometer agresión, ataque y conspiración para cometer ataque, daño emocional y el RICO Act-de crimen organizado-, entre otros cargos que, en su día, de ser ciertas las alegaciones, podrían llegar a ser acusados a nivel criminal.

La demanda en contra de Wakeman; del jefe de seguridad José Robles; del vicepresidente, jefe de cumplimiento y jefe Legal, Enrique Ubarri Baragano; y de la vicepresidente ejecutiva de operaciones, Annelise Figueroa, establece que el Negociado de Investigaciones Federales (FBI, por sus siglas en inglés) investiga el caso como un asesinato coordinado y tiene copias de las comunicaciones entre los demandados y la víctima, que supuestamente demuestran que los demandados tuvieron que ver con su muerte. Con el recurso, las demandantes reclaman que se vea un juicio por jurado con relación a este caso y no establece una cantidad de dinero como reclamo por los daños.

A través de una comunicación escrita, Doral Bank señaló que la acción legal es "falsa, frívola y no tiene base legal alguna". "Doral Financial Corporation y los demás codemandados confían que en su día prevalecerán en contra de esta acción malintencionada, temeraria y sin fundamentos. Los demandados se defenderán agresivamente de todas las imputaciones que contiene la demanda y no descartan entablar en contra de los demandantes aquellas reclamaciones que en derecho procedan. Doral Financial Corporation ha estado cooperando plenamente con las autoridades que investigan y continuarán ayudando con la investigación, como lo han venido haciendo desde los comienzos de la misma", reza el comunicado.

La demanda detalla que Spagnoletti residía en Nueva Jersey cuando comenzaron las entrevistas con Wakeman para trabajar en Doral Bank y Doral Financial. El 13 de septiembre de 2010, comenzó a trabajar formalmente para el banco en San Juan.

Para ese entonces, según el documento, las autoridades federales investigaban a Doral Financial. A su llegada a la institución, Spagnoletti supuestamente supo de "transacciones potencialmente fraudulentas o impropias" que incluían a Ubarri Baragano y a Figueroa.

En el caso Ubarri Baragano, se indica que le solicitó a Spagnoletti que aprobara préstamos por un apartamento en Isla Verde por entre $900,000 y $1 millón. Sin embargo, cuando Spagnoletti fue personalmente a la propiedad en venta, se percató de que su entonces dueño lo había destruido y le habían arrancado los enseres, por lo que apenas costaba entre $500,000 y $600,000. Spagnoletti también se habría percatado de que la institución concedió un préstamo de $1 millón a una señora que dio como colateral un hotel que no existía. Según el reclamo, Ubarri Baragano se oponía a que Spagnoletti diera a conocer la situación.

En cuanto a Figueroa, Spagnoletti se percató que pagaba a proveedores de servicio que no habían hecho trabajos en la institución, que desembolsó miles de dólares a un arquitecto para construir una sucursal que nunca se hizo, y en junio de 2011, presuntamente, se percató de que Figueroa estaba desembolsando $30,000, semanalmente, sin que se conociera el destino de los fondos.

En mayo de 2011, Spagnoletti señaló en repetidas ocasiones las irregularidades a Wakeman y le solicitó contratar un contable externo, pero se le denegó. Wakeman le dijo que habría recortes de personal y que la oficina central de Doral Financial se mudaría a Miami. Para entonces, según establece la demanda que le dijo Wakeman, Spagnoletti sería el presidente y no Ubarri Baragano. Su salario aumentaría de $400,000 a $650,000 por sus "contribuciones sustanciales" en Doral, apenas cuando llevaba seis meses allí.

En junio, ocurrió una discusión entre Spagnoletti y Ubarri Baragano, quien insistía en que Figueroa se quedara en la institución. Cuando Spagnoletti regresó a su oficina encontró una foto de Figueroa pegada en su puerta con una "X", "lo que parecía ser una amenaza contra Spagnoletti", quien apoyaba el despido de Figueroa.

"Spagnoletti recibió, después, una amenaza explícita en contra de su vida. Los demandados supieron de la misma y no hicieron nada", lee la demanda, que agrega que Wakeman tomó medidas de seguridad contratando choferes y guardaespaldas para sí, pero no para Spagnoletti.

Agrega que supuestamente Ubarri Baragano le dijo a Spagnoletti que si despedía a Figueroa, "se arrepentiría". También le dijo que no identificara las irregularidades porque "estaba tratando de arreglarlo todo muy rápido".

Entre mayo y junio, las demandantes establecen que fueron perseguidas por desconocidos.

Finalmente, el 15 de junio de 2011, Spagnoletti fue asesinado a tiros en el expreso Las Américas, cuando transitaba en un Lexus negro tras salir del banco de camino a su hogar en Condado.

Para ese entonces, los oficiales policiacos que conducían la investigación –que se llegó a asignar a un grupo de investigadores elite- aseguraron que se trataba de un crimen bien planificado, y no descartaron que estuviera relacionado con las investigaciones que el oficial conducía en la institución bancaria.

Apenas dos días después, cuando su viuda estaba en el aeropuerto Luis Muñoz Marín, asegura que un individuo se le acercó y le dijo que era empleado de seguridad de Doral Bank y que sabía que había un plan para matar a su esposo, y Robles estaba involucrado.

En la demanda, se establece que la viuda ha intentado conseguir información sobre la investigación del asesinato, pero se le ha denegado por ser parte de una pesquisa criminal.

"Hay información y se cree que la investigación criminal del FBI involucra a los demandados", señala la demanda, que agrega que Marisa Spagnoletti ha sufrido trauma severo y necesitó medicamentos que le causaron pérdida de memoria temporera, pero que tras dejarlos -en diciembre de 2012-, ha recobrado la memoria y recordado los sucesos de los últimos meses antes de la muerte de su esposo.

La demanda fue radicada por los abogados Raúl González Toro y Alan Zegas.

El portavoz del FBI, Moisés Quiñones, se limitó a manifestar que "eso está bajo investigación, se está trabajando ese caso".