Cuando María Suárez escuchó el chirrido que hacía la madera de la casa de su vecino al quemarse, pensó en lo peor.

Tomó su maleta, en donde guarda documentos importantes, entre ellos la tarjeta de residente de los Estados Unidos, y empezó a correr.

“Yo estaba a los gritos. Me volví loca y mi perro, que no nos desampara, corría para donde yo corría”, dijo la mujer, quien aceptó que en un momento dado perdió el conocimiento.

Su desespero se debía a que pensaba que su vivienda, ubicada en la calle San Ciprián, en Barrio Obrero, correría la misma suerte que la de su vecino. Se encendería y lo perdería todo.

“Yo grito: 'se quema la casa de Lorenzo y se va a quemar la mía'”, comentó la mujer, visiblemente afectada por lo vivido.

Sin embargo, fue poco el daño que recibió la vivienda de Suárez y su esposo, Juan E. López, de 69 años, tras el incendio registrado en la noche de ayer, viernes.

Pese a que el zinc de la residencia llegó en un momento dado a coger fuego, solo se derritió la tubería plástica, lo que provocó que quedaran sin servicio de agua. También se le inundó la primera planta del hogar y la ventana del baño ahora no quiere cerrar.

Más fuerte fue el golpe para Lorenzo Abreu. Solo logró salvar la ropa que llevaba puesta.

El hombre relató que salió de su hogar, el cual estaba construido en dos plantas de madera y zinc, a hacer unas diligencias. Unos 45 minutos se demoró en regresar. Para cuando llegó, ya era tarde.

“Me enteré cuando estaba entrando al barrio y los vecinos me dijeron: 'tu casa se está quemando'”, relató el hombre.

Abreu comentó que al llegar, ya estaban los bomberos apagando el incendio y personal de varias agencias gubernamentales prestando ayuda a sus vecinos.

Dijo que se siente “bien estropeado. Me quedé con la ropa de encima. Fue pérdida total. Todo quedó en cenizas”.

Abreu vivía en la casa que se le incendió hace 17 años. Junto a esa vivienda, había otra que su exesposa alquilaba. Allí, un matrimonio también perdió todas sus pertenencias.

Poco faltó para que otras viviendas también se incendiaran. Según se observó, muy pegada a las viviendas que se quemaron había otra propiedad, cuya madera se veía corroída.

Y es que en Barrio Obrero las casas, que suelen ser de madera y zinc, están muy pegadas y las calles muy estrechas.

Por ejemplo, para acceder a la vivienda de Abreu hay que acceder por un pequeño pasillo, donde el hombre guardaba dos enormes figuras de unas cabras.

Según contó una de las vecinas, Wilma Medina, hubo que hasta romper el portón para poder llegar a donde ocurría el incendio.

“Nosotros tratamos de apagar el fuego con mangueras y eso explotando, explotando”, relató la mujer.

La comunidad estuvo varias horas sin luz, debido al fuego, que se cree ocurrió por un corto circuito.

La alcaldesa electa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, acudió anoche al sector y prometió enviar ayuda. Hoy, una empleada del municipio inspeccionaba los daños.