Aparentemente, su propósito de enmendarse es tan sincero que Alexander Capó Carillo, mejor conocido como “Alex Trujillo”, no se conformó con aceptar al Señor para buscar su salvación y purgar sus pecados, sino que aceptó sus errores y pidió perdón al pueblo de Puerto Rico en una carta enviada desde la Cárcel Federal Jesup, en Georgia, donde cumple su condena por conspiración para distribuir sustancias controladas utilizando un arma.

La carta tiene fecha del 12 de diciembre de 2011 y está dirigida al “estimado pueblo de Puerto Rico”.

Ya en la segunda línea de la carta, Alex Trujillo, quien tuvo el control de varios residenciales de San Juan y Carolina, hace claro su objetivo.

“Estoy escribiéndoles para pedirles perdón por mi conducta criminal”, expresa la carta del ex narco y a quien se le atribuyen más de una docena de asesinatos.

Alex Trujillo cumple una condena de 20 años.

“Estoy por medio de esta carta haciendo enmiendas y es importante para mí que yo pueda aceptar y reconocer el daño que le causé al pueblo de Puerto Rico por mis acciones criminales”, continúa la misiva de dos páginas firmada a puño y letra por el confinado de 28 años, quien se convirtió al cristianismo y se dedica a predicar el Evangelio.

Alex Trujillo, quien comenzó a adentrarse en el mundo de las drogas a los 12 años y ya a los 14 era el dueño de un punto, asegura ser un hombre nuevo, renovado en la fe.

“Llegó el momento en mi vida que vino una paz sobre mí cuando me entregué completamente al Señor. Día por día, hora por hora, minuto por minuto, segundo por segundo, vivo tratando de seguir los mandamientos de mi Señor”, añade la carta.

A pesar de esto, el ahora predicador asegura que una parte fundamental de esa recuperación, de esa nueva vida, es aceptar sus errores y pedir perdón, además, a la gente a la que le hizo daño de una u otra forma.

“He podido reconocer mis errores; he pedido perdón por mis acciones al Señor, pero como consecuencias es muy importante para mí pedirles perdón uno por uno a cada uno de ustedes por haberles faltado el respeto, por haber actuado como un loco, por haber causado temor, por haber invadido sus privacidades, por haber destruido hogares y, más importante, por haber destruido familiares”, añade la carta de Alex Trujillo, quien estuvo evadido por seis años antes de ser arrestado el 5 de diciembre de 2006 en el residencial Nuestra Señora de Covadonga, en Trujillo Alto.