El juez José A. Grajales González, de la Sala de Relaciones de Familia y Menores del Tribunal de Bayamón, archivó una solicitud de Ahmed Alí González para despojar a Ana Cacho de la patria potestad de sus dos hijas, indicó una fuente judicial a este medio.

La acción, que supone un traspié para González en su empeño por evitar que Cacho se relacione con sus hijas, ocurrió el viernes pasado.

Actualmente, González mantiene la custodia física y legal de sus hijas, mientras Cacho libra una ardua batalla en los tribunales por recuperar la custodia de las menores, a quienes no ve desde hace tres años.

El juez Grajales González tomó la determinación, según la fuente, luego que la abogada de González, María Juarbe, no cumpliera con el debido proceso de ley al evitar que las abogadas de Cacho, Sharon González Maldonado y Brenda Berríos Morales, tomaran una deposición al hombre como parte del descubrimiento de prueba.

Ahora queda pendiente la determinación del Tribunal Supremo, que el 21 de diciembre pasado paralizó una decisión del Tribunal de Apelaciones que permitía a Cacho visitas supervisadas con sus dos hijas y también ordenaba la celebración de un nuevo juicio en el caso civil de custodia.

En su determinación, el panel de juezas compuesto por Aleida Varona, Emalind García y María del Carmen Córdova citó vasta jurisprudencia que confirma que un padre o una madre tiene derecho a relacionarse con sus hijos.

Este medio consultó de manera independiente a varias trabajadoras sociales y abogados quienes confirmaron que hombres imputados o acusados de agresión sexual tienen visitas supervisadas con sus hijas y presuntas víctimas.

El panel de juezas del Tribunal de Apelaciones también subrayó que del Departamento de la Familia no podía usar como perito a la sicóloga clínica Elsa Cardalda, quien antes de sentarse en el banquillo de los testigos había atendido a la menores a través del Programa Biosicosocial del Centro Médico.

Pese a que nunca ha radicado cargos en su contra, el Departamento de Justicia identificó a Cacho como sospechosa de la muerte de su hijo Lorenzo González Cacho, de 8 años. El niño murió el 9 de marzo de 2010 en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Dorado, luego que su mamá descubrió al menor ensangrentado en la cama donde dormía con su otra hermana de 6 años. La otra menor tenía, en ese momento, 13 años.

El patólogo Carlos Chávez, del Instituto de Ciencias Forenses, determinó que no se trató de una muerte accidental, sino que el menor recibió un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza. El cuerpo del niño también presentaba heridas de arma blanca en el rostro.

 Recientemente, González demandó a su exesposa para exigirle el pago de pensión alimentaria por las dos hijas, que viven bajo su techo.